Entrevista Nengumbi con Paul Byrne

Buenos Aires, Argentina Diciembre 2009

domingo, 29 de marzo de 2009

Ser Refugiado y Negro en Argentina


La lucha política y de vida de Nengumbi

El refugiado es alguien que debido a temores fundados de persecución, no quiera confiar en las autoridades de su país de residencia o de origen, sale de forma urgente del mismo, atemorizado, tratando de encontrar un lugar tranquilo para continuar su vida. Llega normalmente al país de refugio traumatizado y se da cuenta que a todo lo que vivió se le suman otras problemáticas… En la Argentina existe la discriminación. Para mí hay tres aspectos: la discriminación por parte de las autoridades; la discriminación relacionada al comportamiento del ACNUR y la Comisión Católica; y la discriminación de la gente en general. Yo me di cuenta de esto al poco tiempo de llegar, en la segunda mitad del ’95 y me dije, “bueno, hay que empezar a luchar”. Entonces la lucha fue tratar de explicar el problema de la discriminación y ver si alguien podía ayudarme a superar los obstáculos.

Un sinnúmero de obstáculos a superar

Yo me preguntaba al principio por qué los refugiados que conozco no pueden conseguir trabajo y todos me decían “ya te vas a dar cuenta que no es fácil, que somos excluidos...”. Me costó creerles, quizás era por el idioma… porque su español no era bueno… A medida que fue pasando el tiempo me di cuenta que era un problema real. Esperé progresar un poquito con el español y empecé a buscar trabajo en mi campo pero la excusa fue no tener DNI… No tener DNI bloqueaba. La problemática empieza cuando ves que la Argentina no cuenta con una política de asistencia socioeconómica a los refugiados, ni con una política de integración de estos últimos.

Los problemas mayores que encuentran los refugiados acá, o que afectan su vida, son, en realidad, varios: la demora en la entrega de documentación por parte del CEPARE y todo el trámite es un gran problema del refugiado cuando llega. Después está toda la parte legal, el rechazo de la policía cuando ven una precaria y la discriminación que sufren los faros por parte de algunos agentes de la Policía Federal. La vivienda es otro problema porque no existen refugios donde uno pueda ir y lo hospeden como en los países de Europa. Los refugiados deben depender de una ayuda que da el ACNUR por medio de la Comisión Católica, que cuando yo llegué era de 200 pesos por mes, ahora son 400 pesos, y con eso pagar el alquiler y sobrevivir un mes. En aquella época, ahora calculo que también, era insuficiente. No hay asistencias económicas, lo que hay es muy poco y a uno realmente no le permite vivir. También está el tema de salud, que es importante porque muchos refugiados vienen tras haber sufrido torturas y tienen necesidad de salud. Por lo menos, la atención es gratuita en los hospitales públicos, eso es algo positivo, pero muchos refugiados no hablan español y no hay un servicio de traducción en los hospitales. En el campo de la educación, el problema mayor es que se pierde casi todo el valor de todo lo estudiado en el país de origen. Se necesita hacer la reválida del título universitario, primero hay que hacer la reválida de la secundaria, que es algo que no sé si existirá en otro país… Hay que recursar como diez materias de la secundaria… El acceso al trabajo de acuerdo a la capacitación de uno es casi una misión imposible ya que el refugiado goza del mismo estatuto que un inmigrante no deseado como son los peruanos o los bolivianos. Yo trabajé en condiciones de desigualdad aun teniendo un DNI y título universitario. Soy licenciado en administración comercial y financiera y con cuento con una amplia experiencia laboral. También tengo un excelente nivel de Francés e Inglés. Tenía el sueldo de un discriminado, el sereno sin estudios primarios completos ganaba más que yo. El jefe de depósito sin secundaria completa ganaba tres veces mi sueldo, casi lo mismo que el sueldo del gerente que era arquitecto, ya era amigo aunque yo llegué a ser el responsable de toda el área administrativa y financiera de la empresa…

Otro de los problemas es el aislamiento del refugiado, que llega a un país donde no conoce a nadie. Normalmente se conecta con la Comisión Católica que no cuenta con actividades culturales como para tratar de sacar al refugiado de su aislamiento. Y como no existe una política de integración de los refugiados, el refugiado está desamparado y vive aislado.

El refugiado genera desconfianza

Muchas personas desconocen lo que es un refugiado, lo que parece bastante ilógico porque Argentina pasó por una situación de dictadura militar muy fuerte. Muchos argentinos tuvieron que exiliarse afuera, por lo tanto eran refugiados…. Pero es un tema desconocido. “¿Refugiado? ¿Qué es eso?”. De todos modos, si se identifica a un refugiado se lo asimila a un inmigrante no deseado. La palabra “refugiado” genera muchas veces rechazo.

El primero que discrimina al refugiado es la autoridad. Porque la autoridad sabe que esa persona es refugiado o peticionante de refugio. En autoridad incluyo a la Comisión Católica y a Naciones Unidas, y la autoridad ejercida por el CEPARE. Obviamente no toda solicitud de refugio es creíble. Entonces hay casos donde se puede generar sospechas, podemos sospechar que el peticionante está especulando. Hay casos que no generan sospecha pero igual ellos lo ponen como si generara sospecha. Entonces es ahí donde tiene que haber un poquito más de profesionalismo… si hay sospechas hay que pedir al solicitante que aporte un poquito más de información para sacarse la duda. Y esa sospecha también existe en la Comisión Católica, el ACNUR porque… En mi época se hacían dos solicitudes, uno hacía una solicitud al ACNUR y después otra solicitud al CEPARE. Pero la decisión final era del gobierno. Entonces a veces entraban en conflicto si el ACNUR decía “sí” y CEPARE decía “no”. Pero el problema es cuando el ACNUR dice “no”, que sospecha que el caso no es creíble. En vez de llamar al refugiado, el ACNUR tomaba una posición pasiva cuando se debatía el caso del solicitante en el CEPARE y eso le daba vías al CEPARE para negar el estatuto de refugiado al solicitante. En ambos casos hay que llamar al solicitante y sacarse la duda haciendo más preguntas.

Los empleadores también sospechan de los refugiados y eso viene por una cuestión cultural. Piensan que hay gente que después de haber cometido un delito en el país de origen se va y pide refugio. Entonces, aparentemente, es alguien que violó la ley, un criminal al que le otorgan el estatuto de refugiado. Seguro que hubo casos así, un tipo que era terrorista viene, disimula, arma su caso y recibe el estatuto de refugiado. Pero son casos menores que llevan a una conclusión general. A dos compañeros del FOREFA (Foro de Refugiados en la Argentina) les dijeron: “No, viejo, refugiado, esto es un peligro, ¿no serás terrorista?”. Mucha gente considera que el que pide refugio se mandó una macana en su país de origen. Esto me pasó a mí cuando me puse de novio con una argentina y resulta que había alguien en la iglesia que no quería que la chica esta se casara conmigo, entonces le dijo “este que es refugiado, ¿no se habrá mandado macanas antes de venir acá?”, “ No será por eso que vive en un hotel (pensión)?.

Acciones en contra de la discriminación

La única puerta que estaba abierta cuando llegué era la Comisión Católica. Pedí varias entrevistas con el que era el abogado de Naciones Unidas en aquella época, para explicarle que acá hay discriminación por motivos raciales y contarle todas las trabas. La mayor traba es que no lo reconocían como discriminación: “no, esto no es discriminación, es que, como no tenés DNI, no te quieren dar el trabajo”. ¡Pero estamos hablando de discriminación! O más tarde, “como no tenés experiencia laboral en Argentina no podes acceder”. Sí, definitivamente eso es discriminación. Por ese lado me di cuenta que no podía avanzar entonces fui a hablar con la encargada del área social de la Comisión Católica, pero era casi el mismo tipo de respuesta…

En noviembre de 1995 la Comisión Católica pone una nota diciendo que se podía trabajar en grupo con una psicóloga sobre la problemática de los refugiados. Así, empezó a reunirse un grupo de gente. Tuvimos una reunión y yo sugerí, me acuerdo, a los cinco que estábamos ahí y a la psicóloga, preparar una obra de teatro para presentar el día del refugiado (junio 96) donde mostráramos la problemática, el tema de la llegada, del idioma, de la vivienda, del trabajo, la traba con la precaria, que no se solucionaba nada con la precaria, y de la ayuda que se nos daba que no servía realmente para vivir, que la gente recibía 200 pesos, que la pensión costaba 150, la más barata, una pensión precaria… tratar de explicar eso pero mediante una obra de teatro. Arrancamos así, empezamos a armar la obra de teatro. Y funcionaba, no iba mucha gente pero había como doce que estábamos realmente comprometidos. De los doce yo era el único afro, había dos cubanos, y los demás eran peruanos. Algunos ya eran refugiados pero otros éramos solicitantes. Así avanzamos hasta abril de 96, cuando convocamos a la Comisión Católica para explicarle lo que estábamos tratando de hacer y ahí le dijimos “bueno, necesitaríamos mayor compromiso, especialmente en términos de ayuda financiera para comprar lo que se necesita para la obra”. Y le tiré la idea de la obra, entonces, “¿van a hacer esto?”. “Sí, porque pensamos que en ese día vienen representantes de Naciones Unidas, el gobierno, de ONGs, gente que casi no sabe nada de la vida de los refugiados, que realmente sufren, que llevamos una cruz todos los días.” A fines de abril hubo un alejamiento de parte de los que participaban porque esa era la estrategia que usaba la Comisión Católica, de a uno empezaban a amenazarte, “si siguen con esto les va a pasar algo, si siguen con esto les va pasar algo”. A tal punto que nos quedamos solamente participando cuatro: yo, dos peruanos que todavía están acá, y uno, Javier, que era también peruano pero que después se fue para Canadá. Y con tres personas no se podía hacer nada así que decidimos cortar. Pero los dos otros peruanos siguieron buscando y cayeron en CAREF. A mediados de octubre de ’96 – yo ya había sido reconocido como refugiado – me llega una invitación, “te esperamos en tal oficina a tal hora que va a haber un encuentro”. No sabía de qué se trataba. Llego y estaban estos dos muchachos peruanos y otros refugiados más, africanos, argelinos, cubanos. También había gente de Ucrania y de Rusia. Violeta Correa era la moderadora para esa primera reunión y presentó la idea de lo que localmente había que hacer, “el refugiado tiene que auto convocarse y ver, armar un grupo y ver cómo seguir para promover sus derechos”. Entonces quedamos en encontrarnos a la semana siguiente. En esa segunda reunión éramos nueve, de los cuales había dos congoleños, dos muchachos de Costa de Marfil, había uno de Argelia, tres de Perú y un cubano. Armamos una carta de invitación, pensamos una campaña para convocar a los refugiados a una reunión donde estuvieran también invitadas la Comisión Católica y el ACNUR.

La idea era rescatar la problemática de los refugiados y debatir si a la asamblea le parecía coherente que formáramos un grupo integrado por refugiados para pelear para mejorar, de algún modo, nuestra situación. Bueno, lanzamos esto, la gente respondió a la convocatoria, estaban dos representantes del ACNUR, uno de la Comisión Católica, de CELS, MEDH, CAREF. La reunión tuvo éxito y al terminar la gente apoyó. Eso fue el 16 de noviembre de 1996. Entonces se dio como por constituido el Foro de Refugiados en Argentina (FOREFA), que todavía no tenía ese nombre. Y en la otra semana volvimos a encontrarnos, yo era el moderador. Había que elegir al comité directivo, de los nueve que habíamos tomado la iniciativa, para ver cómo nos organizábamos. Y ahí salió que, bueno, “ya se pudo comprobar que tenés experiencia así que proponemos que vos seas el coordinador o el presidente”. Dije “ok, no hay problema, ya que conozco la rutina, no creo que sea realmente un problema”. Así que acepté el cargo de coordinador. Había coordinador, asistente, secretario, tesorero, y los demás eran como consejeros del comité del Foro. Y así arrancamos. La idea general era tratar de superar todas las trabas que encontrábamos para integrar la sociedad. Eramos marginados, excluidos y eso implica directamente discriminación. Con el Foro empezamos a hacer ese planteamiento en forma concreta y escrita. Primero solicitábamos entrevistas por carta, y cuando teníamos una entrevista, con los materiales que teníamos, nos presentábamos. Paralelamente, cada uno también trataba de ver si podía hacer algo. Uno, en un principio, trata de luchar por su cuenta pero la lucha individual por lo general nunca da resultados satisfactorios. Entonces, en ese intento terminamos formando el FOREFA de refugiados.

Lo primero era hacer un diagnóstico de la problemática del refugiado en la Argentina para ver cuáles eran los problemas que afectaban a los refugiados, sean peticionante de refugio o los que ya habían recibido el estatuto de refugiado, en lo social y en lo económico, a partir de las experiencias de la gente. Desarrollamos un documento donde decíamos las problemáticas del refugiado en Argentina. Una vez por mes sacábamos unas “gacetillas informativas” y al tiempo logramos hacer un boletín informativo. Entonces enviamos esos trabajos a las autoridades y a ONGs para ver cómo podrían ayudar a superar esas discriminaciones en los distintos campos. Pensamos que había que difundir la existencia de los refugiados en Argentina, era un tema desconocido en el público. Nos comunicamos con el señor De La Rua, cuando era Jefe de Gobierno, con Duhalde cuando era gobernador de la Provincia de Buenos Aires y con el ex presidente Menem. Con De La Rua derivó toda solicitud a una Comisión de Derechos Humanos del Gobierno de la Ciudad, nos reuníamos ahí, tratábamos de identificar las problemáticas y proponer algunas medidas para superar los obstáculos que enfrentábamos. De parte del presidente no hubo ninguna reacción, una sola carta que vino de Alberto Kohan acusando recibo de lo que habíamos enviado, “bueno, ya veremos qué es lo que podemos hacer”, y quedó ahí. Y con Duhalde tuvimos una entrevista en La Plata y derivó el caso al Ministro del Interior, que después lo derivó al Ministerio de Hacienda, Vivienda y no se llegó a nada. Así, el tiempo pasa y se va desgastando energía. Con la Comisión de Derechos Humanos del Gobierno de la Ciudad pudimos avanzar un poquito en lo que es educación. Porque tenían a un representante de educación ahí y a veces íbamos a la Secretaría de Educación, en la calle Bartolomé Mitre. Logramos que se pueda presentar la precaria para ingresar al secundario, y se pudieron agilizar algunos trámites. Logramos meter en el CBC a una chica que era de Ucrania. Avanzamos también porque eso generó una motivación para que la Comisión Católica empezara a trabajar un poco más, y hacer ver que “no, nosotros también estamos acá trabajando”. Así es como que se duplicó la cantidad de becas para español y se logró un convenio con el Sindicato de Empleados de Comercio y con la UOCRA para los refugiados que querían estudiar electricidad, plomaría, albañilería, etc...

Pero en la calle, respecto a los insultos (negro de..., negro trolo, Negro P, etc.), los chistes racistas, burlas, agresiones verbales y físicas, nosotros no podemos hacer nada porque es algo ya muy arraigado en la cultura y es algo que sólo una acción política de alto nivel puede cambiar. Lo que quisimos hacer es tratar de colocar en la agenda de la presidencia el tema “refugiados”. Y también tuvimos, me había olvidado, varios encuentros de trabajo con la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados. Y la comisión del FREPASO del Congreso. Pero siempre existían esas limitaciones legales, “que la ley no dice nada así, que mucho no podemos hacer, la situación acá en Argentina es muy difícil, los argentinos la pasan mal, fíjense ustedes”. Si yo fuera argentino quizá no sería excluido de la forma en que lo soy hoy, con mis estudios. Es difícil compara a un argentino de nacimiento con un refugiado porque el argentino está en su país, puede o no comer hoy, pero mañana comerá. Puede encontrar dónde pasar la noche, un tío, un primo, tiene relaciones, redes, pero el refugiado no tiene a nadie por lo tanto “si la ley no dice nada, ustedes que están acá en el Congreso pueden proponer algo de leyes para socorrernos”. Pero nunca pasó nada. Lo único que sí fue positivo fue el trato con EATIP, que es una institución que se encarga de la atención psicológica a gente que pasó por situaciones traumáticas. Tuvimos algunos encuentros y buscamos de qué forma podían asistir a refugiados que tenía algo de trastorno psicológico. Eso motivó a que la Comisión Católica y el ACNUR también trabajara con ellos.

En septiembre de 1998 logramos que se hiciera un seminario sobre los derechos y obligaciones de refugiados en el Ministerio del Interior y, aprovechar de este seminario para dar a conocer problemática de los refugiados. Fue algo organizado por el ACNUR, la Universidad de Lanús y la Subsecretaría de Derechos Humanos, eran ellos los panelistas. Estaban la Comisión Católica y otras ONGs e instituciones del Estado. Hablaban, hablaban. Lo curioso fue que ningún argentino que trabaja con los refugiados pudo informar “los refugiados padecen esto, ¿qué es lo que puede hacer el Estado?” ¿Cómo las ONGs podrían sumar esfuerzos para encontrar soluciones posibles a esas problemáticas? En algún punto, fue una reunión del ACNUR contra el Foro. Para el Foro fue, diría, un éxito, porque se pudo organizar el seminario tras dos años de insistencia y perseverancia, pero también fue un fracaso porque no fuimos panelistas y casi no se logró lo que queríamos hacer, que era sensibilizar a las ONGs y al gobierno sobre los problemas del refugiado. Hicieron, como se dice, la vista gorda, que es otra forma de discriminación. La contradicción fue que justo en ese momento el ACNUR pedía una colaboración de $5 por televisión para ayudar a los refugiados y mostraban las fotos de los desamparados en Congo, los ruandeses refugiados por el genocidio. Una paradoja: si ustedes acá tienen refugiados que no pueden ayudar, ¿cómo quieren ir a ayudar afuera? Es como alguien que descuida su casa y quiere ayudar al vecino a mejorar su casa (vecino).

El Foro dejó de existir en 2002. A raíz de las amenazas de parte de la Comisión Católica y del ACNUR, la gente no podía sumarse o acercarse. A mí me amenazaron por teléfono, me dijeron “Vos con tu Foro te creés inteligente, vamos a ver cómo van a terminar con tu Foro”. Hice la denuncia en el CEPARE con copia para la Comisión Católica y CAREF. Cambié de hotel. Esos hoteles con habitaciones no son nada seguros, alguien entra, le habla y paga. Gracias a Dios yo no estaba. Yo había salido tipo nueve de la mañana, volví a la noche y candado abierto y todo revuelto. Me sentí realmente atacado. El otro aspecto fue que impidió la continuidad de las actividades del Foro es que dejamos de recibir la pequeña ayuda financiera que nos daba el CAREF para los viáticos de la gente, y el Foro se deshizo.

De manera individual, fui a Naciones Unidas, pedí entrevista personal con Da Cunha, le hice conocer todo, otra en Cancillería, con un miembro del CEPARE, que me dijo “yo pienso que vos sos un chico con mucha lógica y en la Argentina no existe la lógica”. Incluso cuando la Comisión Católica me empezó a amenazar escribí varias cartas al ACNUR Ginebra.
De 2004 a 2005, en forma individual hice intervenciones a favor de refugiados maltratados por la Comisión y la Policía presentándome como presidente del Foro. En junio de 2005, cansado de molestias por porte casi de todos, especialmente tras haber sido revisado por un agente de la PFA, por tenía arma, y apretándome los genitales, decidí irme del país con mi mujer, y es así que fui para Inglaterra.

En Inglaterra participé en varias manifestaciones y siempre aproveché para llevar algún cartel que hablara de la Argentina. En uno decía que “Argentina debe dejar de discriminar a los grupos étnicos minoritarios. Es una falta de civilización en el siglo XXI”. En una marcha de más o menos 10 kilómetros, que terminaba enfrente de la oficina de Tony Blair yo iba con mi pancarta sobre la situación en Argentina como para que algún curioso supiera del problema. Tomé fotos y las mandé a la Comisión Católica, a la COREPI, al INADI, SERPAJ, Mutual Socorro de la Sociedad Caboverdiana, CELS, CAREF, y otros ex compañeros de FOREFA (peruanos) y, aprovechar de este seminario para dar a conocer problemática de los refugiados con la intención de hacer conocer el problema.

Con la misma lógica, cuando volví a Buenos Aires (septiembre de 2007), escribí una carta donde cuento “ el dolor del camino de la exclusión permanente”, que mandé a la presidenta de la Nación, al Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, al diario la Nación, Pagina 12 y Clarín con la esperanza que se publicara. Lamentablemente, hasta el día de hoy no se ha publicado la carta en ningún diario. ¿Vaya a saber uno por qué? Tampoco he recibido ninguna respuesta por parte la Sra. Presidenta de la Nación, Dra. Cristina Fernández de Kirchner, ni del Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos aires, el Ing. Mauricio Macri. Podría aplicarse en este contexto el dicho: “El que calla otorga”?

Mi idea, la cual surgió cuando estaba en Inglaterra, es tratar de crear una ONG para dar cuenta de la existencia del racismo en Argentina y tratar de ver de qué modo se les podría brindar ayuda a las víctimas de racismo y de discriminación. Porque el gran problema es que la autoridad y la gente en general no reconocen que hay discriminación por motivos raciales (racismo) en Argentina. Por lo tanto, la autoridad no puede ayudar en resolver un problema que para ella no existe. Todos esfuerzan para que no se vea lo que en realidad existe. Eso hace que la lucha sea un poco más difícil. La política de invisibilización del racismo resultó realmente en un éxito para sus autores e implimentadores.

Necesidad de una ayuda a carácter humanitaria

De lo arriba expuesto, hace falta agregar que la falta de posibilidad real de integración, especialmente en lo laboral, me ha colocado en una posición de vulnerabilidad permanente. En lo personal, mi edad y mi salud (antecedente de infartos) hacen que la situación sea cada vez más un poco difícil. También, me parece sumamente importante hacerle saber que mi señora había tenido una operación de ambos ovarios que la dejó en la imposibilidad de poder concebir hijos naturalmente. Necesita un tratamiento de fertilización asistida con donación de óvulos.

Ayer 31 de julio de 2008 participamos en un seminario sobre la infertilidad en el Hospital de clínica donde se estima que el costo rondaría entre $ 2.100 como mínimo y un máximo de $ 17.000 dependiendo del caso, si el tratamiento se hace en el Hospital de Clínica. Este seminario se hizo en el marco de la campaña que se realiza para juntar 300.000 firmas que se necesitan para enviar al Congreso un proyecto de ley que considere a la infertilidad como una enfermedad. Esto haría que las obras sociales y prepagas financien los costos de tratamientos de fertilidad. En este seminario se informó que la fertilización asistida con donación de óvulos no está permitida por la ley en hospitales públicos. A esto hay que agregar mi caso que requiere tratamiento especial por ser positivo en Hepatitis C. Nuestra situación económica no nos ha permitido acceder a tal tratamiento.

Mientras estabamos en Inglaterra, hemos podido acceder a ese tratamiento, ya que estaba a cargo del estado. Pero con nuestro retorno en Argentina se ha suspendido el tratamiento. Esto es lo que nos motiva hacer lo mejor para volver allí y seguir con el tratamiento. Mi señora está todavía en la lista de espera para donación de óvulos. Teníamos turno para Enero de este año pero no pudimos cumplir con esto. Es debido a eso que a pesar de mi edad, estoy solicitando una beca de estudios siendo esta la opción más adecuada para vivir legalmente allí, seguir con el tratamiento, y también, cuento con muchos amigos en dicha sociedad que podrían asistirnos económica y socialmente. Mi mujer tiene ahora 39 años, lo que implica que se está acercando a la edad límite recomendada por especialistas en dicha materia. Por eso es imprescindible volver en Inglaterra con el patrocinio de una ONG Inglesa u otra a carácter internacional y humanitario. Solo mi conocimiento de idiomas puede abrir puerto para una inserción laboral (Francés, Inglés, Español, Lingala, Kikongo). Terminar el Master me prepararía para desempeñarme como docente e investigador universitario sea donde sea. Considero que estudiar es la opción con mayor seguridad para la obtención de una estadía en Inglaterra, pero si se puede conseguir trabajo en el mismo país u otro país de la Unión Europea, la opción será recibida con mucha alegría.

Para terminar, agradezco de todo corazón a aquellas personas solidarias y sensibles que nos quieran ayudar salir de este dilema.

Nengumbi Celestin Sukama
IARPIDI

4 comentarios:

  1. Saludos. Estoy llevando a cabo, junto con unas compañeras, una investigación sobre la situación de los inmigrantes y/o refugiados africanos en Buenos Aires, y su historia nos resulta muy interesante. Queremos ponernos en contacto con usted. Mi correo es lzdrnbrv@gmail.com. Gracias.

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  2. Gracias Liz, pueden escribirme al siguiente email: aunecongo8@hotmail.com o iarpidi@gmail.com

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  3. HOla! Mi nombre es rocio y estoy haciendo mi trabajo final de grado sobre la ausencia de politicas en argentina en materia de refugiados. lei tu blog y la verdad que me gustaria contactarme con usted. mi mail es rociolopez@live.com. Muchas Gracias

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  4. Hola todos,
    Mi nombre es Sra. Sharon Sim. ¿Vivo en Singapur y soy una mujer feliz hoy? Y me dije a mi mismo que cualquier prestamista que rescatar a mi familia de nuestra situación pobre, me referiré a cualquier persona que está buscando préstamo para ella, me dio la felicidad a mí ya mi familia, que estaba en necesidad de un préstamo de $ 250,000.00 a Empezar mi vida por todas partes como soy una madre soltera con dos hijos Conocí a este honesto y Dios que teme prestamista de préstamos hombre que me ayude con un préstamo de $ 250,000.00.Dollar, Ella es un dios temiendo a la mujer, si usted está en necesidad de préstamo y Usted pagará el préstamo por favor póngase en contacto con él decirle que es la Sra. Sharon, que se refieren a ella. Contacto ': Sra. Mary Smart, por correo electrónico: (marysmartservice@yahoo.com) Gracias.

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