Entrevista Nengumbi con Paul Byrne

Buenos Aires, Argentina Diciembre 2009

sábado, 28 de septiembre de 2013

KIMPUANZA – LA VOZ DE LOS AFROS

Estimados/as colegas, amigos/as, defenosores/as de derechos humanos

Por medio de la presente les informamos que IARPIDI acaba de lanzar una revista que se llama Kimpuanza. Acontinuación les reroducimos el Editorial y proveemos el enlace para acceder a la revista.
Les deseamos una buena lectura de la misma.

http://www.calameo.com/read/002728103fed5e41e5efd

EDITORIAL DE LA REVISTA

Desde el Instituto Argentino para la igualdad Diversidad e Integración entendemos que la información adecuada, útil y oportuna es un factor clave para la toma de decisión respecto de la lucha por la justicia social. Es por ello que en este primer número de nuestra revista, estimamos importante dar a conocer la existencia de nuestra organización y nuestro trabajo por un lado, y por el otro darles a nuestros futuros lectores una información esencial respecto de Kimpuanza, la revista de IARPIDI.

IARPIDI es una Asociación Civil que nació oficialmente en octubre de 2007 y jurídicamente en febrero de 2010 con la finalidad de promover y proteger los derechos humanos de los solicitantes de asilo, refugiados, inmigrantes africanos y afrodescendientes residentes en Argentina. Toda la información necesaria respecto de nuestros objetivos, la misión, la visión y valores se encuentran en www.iarpidi.org
Como herramienta adicional para lograr nuestros objetivos institucionales, nos pareció muy importante llegar a las autoridades y a la ciudadanía a través de una revista digital de publicación gratuita. Esta revista se llama “KIMPUAZA”, nombre que encuentra su origen en el idioma “Kikongo” del Reino Kongo o Imperio Kongo, entidad política africana que fue víctima de la trata esclavista. Millones de esclavizados que llegaron a América salieron de esta entidad que, debido a la colonización hoy se encuentra dividida en cinco países que son, la actual República Democrática del Congo (Kinshasa), el Norte de Angola, Parte la República del Congo (Brazzaville), Gabón y parte de la República Centro Africana.

Kimpuaza quiere decir “Independencia” y acorde al significado de su nombre, ésta última busca darle a la comunidad afroargentina una independencia en cuanto a la difusión de sus noticias desde la perspectiva de sus integrantes para evitar de este modo cualquier distorsión de la historia afro como suele suceder muy a menudo por omisión o por voluntad propia de otros redactores. Kimpuanza pretende entonces abordar temas relacionados con la actualidad de IARPIDI, los afros en Argentina; los Afros en América y el Caribe; África en Argentina donde se hablara de las noticias de las Representaciones Diplomáticas Africanas en Argentina y a veces de la actualidad política africana. También esta revista abordará temas relacionados a la política, cultura, educación, deporte, gastronomía, arte, etc.

Aprovechamos la oportunidad para saludar a todos nuestros futuros lectores a nivel nacional e internacional y los/las invitamos a sumarse a la lucha por la justicia social de todos y todas.



Por: Nengumbi Celestin Sukama

sábado, 21 de septiembre de 2013

En un violento operativo, desalojaron a un vendedor ambulante extranjero

Fuente: http://www.puntal.com.ar/v2/article.php?id=124782#.UjHOXDYCU6Q.gmail

Río Cuarto, Córdoba, Argentina. Sábado, 21 de Septiembre, 2013

El episodio se registró en la esquina de Rivadavia y Alberdi, después de que el senegalés se resistiera al decomiso de su mercadería. La gente repudió el procedimiento.

 

Un vendedor ambulante senegalés fue desalojado ayer en un violento operativo registrado cerca de las 7 de la tarde en la esquina de Rivadavia y Alberdi, en el microcentro de la ciudad. El procedimiento se enmarcó dentro de la normativa vigente por la que se prohíbe la comercialización de productos en la vía pública.
Según testigos, el joven extranjero se alteró cuando las inspectoras del Ente Descentralizado de Control Municipal (Edecom) le notificaron que debían decomisarle todos sus productos debido a la infracción que estaba cometiendo. La negativa del vendedor a aceptar la determinación de las agentes motivó la intervención de la Policía.

Unos 10 efectivos del Grupo de Infantería y de la Patrulla Preventiva llegaron hasta el lugar y dispusieron la detención del vendedor que, forcejeando, intentó evitar el traslado a la Unidad Departamental. Todo, bajo la mirada de otro ambulante senegalés que no se inmutó ante lo que estaba ocurriendo.

El procedimiento fue ampliamente rechazado por la gente que ocasionalmente pasaba por la zona y que empezó a juntarse para observar el operativo. Al grito de “no le peguen, no se abusen”, algunos transeúntes cuestionaron a los efectivos de la fuerza pública.

“Tengo un hijo que vende en la calle y con lo que gana está manteniendo a toda su familia. Yo lo voy a defender hasta la muerte, a él y a todos los chicos que necesitan seguir vendiendo. Ellos no molestan a nadie”, dijo una mujer enojada.

Al tiempo que agregó: “La Policía golpeó a este chico, los efectivos lo agarraron a patadas, lo tiraron al suelo. No tienen perdón, no pueden ser tan abusivos, es una pobre chico que se gana la vida vendiendo. Yo le pido a la gente de Río Cuarto que me acompañe, que hagamos una movida para que esto no pase más.
Estamos en democracia y todos tienen derechos que deben ser respetados”.

Liberado

A todo esto, desde la Unidad Departamental de la Policía informaron que el joven fue detenido bajo la figura de “escándalo y desorden en la vía pública”, tal lo expresa uno de los artículos del Código de Faltas. Minutos más tarde, y después de los trámites de rigor, el vendedor fue liberado.

El primero

El de ayer fue el primer operativo del Edecom en donde tuvo que tomar intervención la fuerza pública para obligar a un vendedor ambulante a dejar la calle. Sin embargo, las acciones para desocupar la vía pública se iniciaron el pasado viernes, después del acuerdo que el Municipio firmó con el Sindicato de Vendedores Ambulantes (Sivara) para que los trabajadores dejen este espacio y se trasladen a una de las cuatro ferias habilitadas.

Nicolás Franzutti, uno de los puesteros que rechazó de plano la posibilidad de retirarse de las calles, dijo que hasta el momento no tiene conocimiento de que se hayan producido otras detenciones y ratificó que no van a aceptar la propuesta que acercó el Ejecutivo.

“No se que fue lo que pasó con este vendedor, porque estuvo trabajando normalmente durante toda la tarde. Nosotros vamos a seguir como hasta ahora”, señaló Franzutti.

Ninguna voz oficial quiso referirse públicamente a este operativo. El subdirector general de Espectáculos Públicos, Roberto Maraschi, se llamó a silencio y evitó dar información sobre lo sucedido.
No obstante, fuentes del Municipio ratificaron la continuidad de los controles y se lamentaron por haber tenido que apelar al uso de la fuerza pública.

“Fue como los operativos que realizamos siempre, nosotros no queremos usar la fuerza pública, planteamos el diálogo, pero la actitud del vendedor no dejó otra alternativa. Para nosotros, la intervención de la Policía es un último recurso. Todos los ambulantes saben del acuerdo que firmamos y tendrán que cumplirlo, no hay otra opción”, concluyeron.

El mercado laboral argentino excluye a los africanos

Por: Constanza Lambertucci

¿Por qué los africanos no logran insertarse laboralmente en el país? Aunque obtengan una residencia, conseguir trabajo no es fácil.

“Los inmigrantes roban el trabajo a los argentino”, “los inmigrantes no pagan impuestos”, “los inmigrantes son delincuentes”. Esos son algunos de los prejuicios que, según el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI), tienen los argentinos hacia los extranjeros que se radican en el país. Uno de los grupos más afectados es el de los africanos.
En 1990 se inició una nueva ola migratoria y llegaron a la Argentina personas desde Senegal, Ghana, Cabo Verde, Nigeria, Malí y otros países de África por variadas razones, aunque principalmente por la inestabilidad política y económica. Marta Maffia, doctora en Ciencias Naturales y especialista en Antropología, sostiene que la inmigración africana no se puede tratar como un fenómeno homogéneo. No todos escapan del continente sino que en realidad las migraciones son en su mayoría intercontinentales, es decir el 70% de los migrantes se movilizan dentro de África.

Nengumbi Celestin Sukama, presidente del Instituto Argentino para la Igualdad, Diversidad e Integración (IARPIDI) señaló la importancia de no generalizar y, en cambio, tratar cada caso en particular. “Está la guerra civil, está la pobreza, hay quienes quieren vivir nuevas experiencias como los jóvenes de familia con dinero. Hay de todo, emigrar es la tendencia humana”, distingue Sukama, quien llegó a la Argentina hace 18 años y, harto de no conseguir trabajo calificado a pesar de su formación universitaria, fundó una asociación civil que lucha por la igualdad de derechos y la no discriminación de los africanos.

La Argentina modificó su ley migratoria en 2004 y según describe Pablo Ávalos, director de Radicaciones de la Nación, la nueva ley “es amplia, es permisiva, es democrática”. Pero sobre todo reconoce el derecho humano a la migración. Hacer los trámites para radicarse en el país no es difícil: si se presenta la documentación requerida y los antecedentes penales, obtener el documento nacional de identidad es un trámite sencillo.

Tener el DNI autoriza a los inmigrantes a sacar la clave única de identificación laboral (CUIL) y, por ende, a obtener un contrato legal. Pero aunque la nueva ley 25.871 pretende “fortalecer el tejido sociocultural del país y promover la integraciónsociolaboral de los inmigrantes” el problema de la inserción laboral de los africanos en el país no se solucionó.

La mayoría de los africanos que llegan a Buenos Aires se instala en la los barrios porteños de Constitución, Once o Liniers y se dedican a la venta callejera. “Todos venden porque la Argentina no le brinda ningún trabajo a ningún negro que no sea en la construcción o en los restaurantes lavando los platos”, explica Sukama y agrega que incluso muchos de los africanos que venden bijouterie son universitarios. “Quieren vivir con dignidad, y todo trabajo dignifica, pero si yo tengo otra preparación vender en la calle no me dignifica”.

Un dato alentador es que parecen estar diversificándose los trabajos que realizan. Maffia observa que también se están desempeñando en ocupaciones como la enseñanza de danzas africanas, la elaboración de artesanías, la ejecución de instrumentos musicales y la diplomacia. Aunque son solo algunos casos y no necesariamente reflejan una mejoría en la integración justa al mercado laboral.

En la sociedad argentina hay mucha ignorancia respecto de África. “Los argentinos creen que ahí no hay nada, no hay vida, no hay gente, solo pobreza y enfermedades”, comenta Barry Obi, ghanés que vive hace dos años en la Argentina. Ese tipo de creencias solo refuerza prejuicios y dificulta la integración de inmigrantes y refugiados africanos en el país.

Muchos creen que detrás de la venta callejera existen mafias, drogas, trata de personas. Pero Sukama resalta: “No hay ni drogas ni mafias en esto, es la forma más accesible de trabajo que encontraron”. Además, ni las mafias, ni las drogas, ni la trata de persona son exclusivas de un grupo definido por su nacionalidad.

Para fortalecer la integración el INADI propone un nuevo paradigma superador del multiculturalismo de los años 90: la interculturalidad. Ello significa recibir a los inmigrantes y potenciar las experiencias y capacidades para un mejor futuro compartido. “¿Por qué no darle la oportunidad a otro a pesar de su color de piel? Se trabaja con la inteligencia no con la apariencia”, expresó Sukama.

Luchar por la integración

Activista por los derechos humanos, Nengumbi Celestin Sukama llegó desde el Congo a la Argentina en 1995 como refugiado político. A pesar de ser administrador de empresas, tener dos tecnicaturas superiores y hablar tres idiomas, este hombre no pudo conseguir ningún trabajo acorde a su preparación. Entonces fundó en 2007 el Instituto Argentino para laIgualdad, Diversidad e Integración (IARPIDI), una asociación civil que lucha por los derechos de los africanos y la no discriminación.

Sukama está casado con una argentina y afirma que aunque vive en el país hace 18 años la vida social no es fácil. “Tengo dos opciones. O me separo y me voy, que no va a suceder porque soy un hombre de principios, o me quedo trabajando por los derechos de los negros”, justificó el congoleño.
No todos los inmigrantes africanos son refugiados políticos

De los 2738 africanos que residen en la Argentina no todos son refugiados. La Comisión Nacional para los Refugiados define que un refugiado “es una persona que se encuentra fuera su país debido a fundados temores de ser perseguida por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a determinado grupo social y no pueda o no quiera por esos temores acogerse a la protección de su país. O que huyó porque su vida, su seguridad o su libertad se encuentra amenazada por violencia generalizada, conflictos armados o violaciones masivas de derechos humanos”.

Aquellos que buscan mejores oportunidades, pero que no fueron forzados a abandonar su país, no son refugiados sino inmigrantes.

Fuente:http://prenser.com/755/#comment895