Entrevista Nengumbi con Paul Byrne

Buenos Aires, Argentina Diciembre 2009

jueves, 31 de mayo de 2012

Celebración del Día de África 2012

Por: Guadalupe Sarubbi El 28 de mayo de 2012 se celebró en el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de la República Argentina el Día e África. La fecha de este día es, en realidad, el 25 de mayo, fecha en que se conmemora la Independencia del Continente Africano, por eso se lo llama el Día de África. Pero dada la coincidencia con la fecha patria, se decidió celebrarlo unos días más tarde. El evento estaba organizado por Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto y las representaciones diplomáticas africanas, en el auditorio Manuel Belgrano. Había una pantalla, al fondo del salón, detrás de la mesa principal donde se sentarían los embajadores africanos. En la misma se podía ver proyectada una imagen que contenía la bandera de Sudáfrica y la bandera argentina, con el lema “We are the future- Somos el futuro” y las banderas de otros países africanos presentes en la ceremonia. Los embajadores presentes correspondían a: Sudáfrica, Egipto, Marruecos, República Democrática del Congo, Tunes, Nigeria, Liberia y Angola. Primero expuso una representante del Ministerio, la cual habló de la trascendencia de este día, que conmemora la creación de la Organización de la Unidad Áfricana, al haberse liberado el continente del colonialismo. También comentó la importancia de las relaciones entre Argentina y África Subsahariana, tanto en temas económicos, comerciales y para la apertura de nuevas embajadas. Mencionó, a su vez, el trabajo que se está llevando a cabo para deconstruir el imaginario colectivo de ser una “sociedad blanca” en la cual nunca “existieron africanos”. Este hecho lo remarcó en relación a la revisión que se está llevando a cabo de los manuales escolares, para que, de esta manera, de a poco, la memoria colectiva, la cual se construye, de la misma manera que sus “olvidos”, se vaya construyendo de una manera más fiel a los hechos históricos. Luego habló la representante de la Embajada de Egipto. Es costumbre en estos eventos que primero hable un delegado argentino, y después un delegado africano, el cual es elegido por consenso, y es el representante que lleva más tiempo en el país. La Embajadora de Egipto habló sobre esta fecha, que conmemora la recuperación de la soberanía, la independencia y la libertad del continente. A su vez, remarcó el crecimiento del “diamante negro”, que es la clase media africana, la cual, al crecer, convierte a África en un continente con potencial de desarrollo económico y de consumo. También recalcó el hecho de que entre Argentina y África hay economías complementarias, no competitivas, que pueden trabajar en conjunto y estrechar relaciones. De esta manera culminó el acto protocolar, y se dio pasó al ágape. Allí se pudo degustar de distintas exquisiteces hechas por un catering contratado por el Ministerio, y a su vez, de manjares hechos por la comunidad de Nigeria. Momento propicio para el reencuentro entre conocidos y estrechar lazos mediante el compartir buena comida y buena bebida en un ambiente jovial y de festejo.

La Visibilidad afro en Argentina: cambio de paradigma, La Dra. Cristina Fernández de Kirchner hizo un giro inesperado

Foto: http://www.perfil.com/
La invisibilidad de la comunidad afro en Argentina fue el resultado de un proyecto político nacional impulsado por los próceres de lo que se llamó “La Generación del 80”. Los africanos llegaron a este país en condición de esclavizados y participaron activamente en la prosperidad económica, social y cultural de la sociedad receptora sin ser beneficiarios/as de dicha prosperidad. En Argentina, el primer intento de la abolición de la esclavitud ocurrió en 1813 con lo que se llamo la “libertad de vientre”. Esta libertad le correspondía solamente a los que nacieron después de que esa ley fue sancionada. En otros términos, los padres de los que nacieron después de esa fecha seguían siendo esclavos/as. La abolición concreta de la esclavitud tuvo lugar en 1853 y no en 1813 como se suele decir. Pero, los/las esclavizados/as gozaron de esta libertad recién a partir de 1861 cuando Buenos Aires había adherido al proyecto de la Republica Federal Argentina. Yendo al pragmatismo, diría que la Argentina abolió la esclavitud en ese año, 1861 y no 1813. Luego de esa abolición, la sociedad argentina estaba muy impregnada con la teoría de la supuesta superioridad de raza, por consiguiente la supuesta teoría de la superioridad de la civilización, considerando en este contexto a la civilización europea como la más alta. Esta fue la basa de la actuación política de los próceres de la Generación del 80. A los indios como a los negros había que exterminarlos, “el fin justifica los medios”. Todos los discursos apuntaban a una Argentina genéticamente blanca y culturalmente europea. Esos discursos nunca habían sido contradichos por ningún otro presidente hasta el 25 de mayo pasado a través del discurso de la Presidente Cristina Fernández de Kirchner en Bariloche, provincia de Río Negro. En ese discurso, la presidente, en conexión con su viaje a Angola, reconoció la presencia afro en Argentina en su condición de esclavos/as, la injusticia a la que fueron sometidos, su contribución en la conquista de la independencia de la Argentina, resaltando el papel del soldado como Cabral quien le había salvado la vida al General San Martin. La Presidenta reconoció también que la diligencia política argentina, con la colaboración de la ciudadanía, hizo de la comunidad afro la más excluida, marginada, la más pobre, debido a la filosofía del racismo. Este pronunciamiento responde a la demanda permanente de la comunidad afro en Argentina, como le había sido expresado mediante una carta en diciembre de 2008 por quien redacta este articulo. Dos párrafos de esa carta decían: “Estimada Señora Presidenta de la Nación, lamento decirle que la solución a esa problemática no la tengo yo. Por eso estimo necesario volver a enviarle el artículo: “El dolor del camino de la exclusión permanente”. También, Estimada Señora Presidenta de la Nación, creo que usted podría iniciar algo que nunca se hizo en la Argentina, es decir, empezar a promocionar lo valioso que es un ser humano mas allá de su pertenencia a un grupo étnico determinado, como ser negro por ejemplo. Dejar de lado la filosofía del Presidente Juan Bautista Alberti que pensaba que se podía pasar todo un siglo enseñando a un Negro, y que a pesar de esto su rendimiento intelectual sería inferior al rendimiento de un obrero Británico. Pues, si estuviera vivo hoy, a pesar de sus grandes logros y aportes en otras áreas, se daría cuenta de cuan equivocado estaba al respecto. Pues, si estuviera vivo, estaría en condición de ver los rendimientos de gente como Nelson Mandela, Denzel Wahsington, Barack Obama, Kofi Annan, Collen Powel, Condoleeza Rize, Morgan Freeman, etc. y darse cuenta de que el rendimiento intelectual no depende del color de la piel, ya que se piensa con el cerebro y que el cerebro no tiene color. Señora Presidente, usted puede llevarse el orgullo y el premio de ser la primera en impulsar lo valioso que son los negros sin importar la sociedad en la que viven, resaltando sus aportes en la Argentina e impulsando su bienestar y su visibilidad en esta sociedad que siempre los ha excluidos y marginados”. El pronunciamiento de la Presidenta de la Nación en su discurso del último 25 de mayo es sólo un comienzo respecto a la visibilidad de la comunidad afro en Argentina y el respecto por los derechos humanos de sus integrantes. También, seria bueno que los demás dirigentes (gobernadores, intendentes, etc.) tomaran la misma postura. Por: Nengumbi Celestin Sukama

lunes, 14 de mayo de 2012

Proyecto Tango para la integración

Mucho más que un 2×4
No es una novedad que el arte del tango -en todas sus manifestaciones- florece a cada hora y en cada rincón de la ciudad de Buenos Aires. Aprender a bailarlo es, de alguna manera, adentrarse en un submundo cuyos códigos linguísticos y extralinguísticos exceden los límites de las milongas. Es por eso que conectarse con su esencia puede ayudar, también, a la integración social. Con esta iniciativa nació el proyecto que contamos en esta nota.
Hace poco menos de dos meses comenzaron a dictarse, en forma gratuita, clases de tango en la sede de un instituto que lucha contra la discriminación a refugiados, inmigrantes africanos, y afrodescendientes en la Argentina. La iniciativa del maestro tanguero Pablo Tamburini es una propuesta a la integración a través de esta danza. El proyecto se llama “Tango para la integración” y propone, a través del conocimiento de este baile y de sus ambientes, la posibilidad de generar redes de amigos, de reunir a gente con intereses comunes (el gusto por la danza, la música o una actividad cultural, por ejemplo) y de forjar nuevos lazos entre los habitantes que residen en la ciudad y los inmigrantes africanos que, a poco de llegar al país y frente a la urgencia de establecerse económicamente, aún no han forjado una vida social activa integrada. La propuesta pedagógica propone el dictado de clases de tango y de milonga con el propósito de que los asistentes al curso comiencen a comprender e identificar el lenguaje del tango, un código que va más allá de las milongas y que es también parte de la cultura porteña. Se trata así, por un lado, de bailar; de comunicarse corporalmente con otro que no conocemos y al que, necesariamente y a través de la danza, terminaremos conociendo más y mejor luego de bailar. Por otro lado, se asiste a un aprendizaje de códigos, de gestos y de miradas necesarias para relacionarse en las milongas y durante el baile. No se trata solo de clases; Tango para la integración organiza salidas grupales: van una vez por mes a escuchar música y orquestas y a participar en distintas milongas de Buenos Aires. Se difunden pegando cartelitos en quioscos o en lugares que la comunidad de inmigrantes frecuenta. A Nengumbi Celestin Sukama -ciudadano argentino y originario de la República del Congo- no le interesa hacer alarde sobre los orígenes o las influencias afro en el tango y mucho menos invitarnos a una competencia de egos para definir qué pertenece a quién sino que, con absoluta sinceridad, se abre a contarnos su experiencia personal en tanto africano en Buenos Aires, sus iniciativas en cuanto a la defensa de los derechos humanos y, sobretodo, el comienzo de este nuevo proyecto que nace bien desde abajo: tango para la integración. ¿Cómo empezó y de qué se trata este proyecto que parte del tango para la integración? El proyecto empezó hace unas seis semanas, cuando Pablo Tamburini -profesor de tango- me contactó porque quería realizar un taller y utilizar al tango como herramienta de integración de los nuevos inmigrantes africanos. Y como yo soy el fundador del IARPIDI -Instituto Argentino para la Igualdad, Diversidad e Intregración-, me preguntó si podíamos dictar las clases en este espacio. Yo vine del Congo en 1995 pero desde hace mucho tiempo soy un activista político. Cuando vivía en África también. Siempre aposté -y apuesto- a la construcción comunitaria. Mi intención es fomentar acá el tema de los derechos humanos de los afro, por eso me pareció tan interesante la propuesta de Pablo. ¿Cómo se relaciona tu activismo en la defensa por los derechos humanos de los afrodescendientes e inmigrantes africanos con este proyecto de las clases de tango? Descubrí el tango estando acá. Había leído sobre los aportes afro en el género y nació en mí la necesidad de conocer sobre la influencia de la cultura africana en el baile al mismo tiempo que estoy luchando en Argentina por la justicia social de esa comunidad. Si bien hoy el tango ya es una originalidad argentina que se exporta a todo el mundo, quienes esclavizados ingresaron a la Argentina colonial influyeron también en el género. Las clases comenzaron hace poco y por ahora solo estamos bailando. Pero, a su debido momento, va a incluirse teoría: historia del tango, tango y economía, letras y tango y la asistencia regular a milongas de Buenos Aires. ¿Las clases se dictan en la sede del IARPIDI? Si. Acá, además de funcionar la oficina del IARPIDI, que es un instituto en el que conviven diferentes organizaciones –la Asociación de Haitianos y la Asociación de Senegaleses en Argentina- se da asilo a los refugiados en general, aunque especialmente a los inmigrantes afrodescenedientes. El racismo es muy fuerte en la Argentina y eso fue en realidad lo que me llevó a fundar el Instituto. Porque yo creo que la lucha por los derechos humanos no solo pasa por denunciar actos discriminatorios sino también realizando acciones: esa es la mejor técnica para poder revertir la discriminación, para cambiar la injusticia social que sufren los africanos y los refugiados. Entonces, además de las actividades de derechos humanos que se realizan acá, pensamos en el tango como herramienta para fomentar la integración desde abajo; que la ruptura con el racismo nazca de la misma gente que asiste a las clases. ¿De qué manera percibís los actos discriminatorios hacia los afrodescendientes? El racismo es difícil de percibir pero se expresa en los insultos que uno recibe en la calle, en el hostigamiento policial hacia los africanos que venden en la vía pública, en la imposibilidad de acceder a un empleo digno a pesar de tener buena formación académica o profesional… En la Argentina, los afro viven desde el siglo XVI. Fueron usados lamentablemente como carne de cañón en la guerra en tanto hubo próceres que consideraban que a los negros había que aniquilarlos igual que a los indios. Cuando se dice “nunca hubo negros en la Argentina” o “los negros en la Argentina desaparecieron”, se trata de excusas que se usan para evitar la toma de conciencia de la presencia afro en la argentina. De los negros universitarios o de los que llegaron a ser coroneles en el ejército nunca se habla; eso no está en los libros de historia y no es casualidad… Esto fue promovido por el liderazgo político de la época y después llegó a penetrar en la cultura del sentido común ciudadano. ¿Qué opinás de la inclusión de preguntas sobre la población afrodescendiente en el último censo? Creo que el censo de 2010 fue un cambio de paradigma importante ya que alrededor de 1869/1870 la población proveniente de África dejó de ser censada y nunca volvieron a aparecer en la configuración poblacional de Argentina. Pero creo que el último censo no fue tan positivo. En las ciudades grandes, con 50.000 habitantes o más, solamente el 10% de los afro fueron censados como tales. Esto ocurrió así porque la pregunta sobre el origen poblacional afroargentino estaba en el formulario ampliado y no el formulario básico; entonces, como solamente el 10% de los censistas tenían el formulario ampliado, podría decirse que gran porcentaje de los afro quedó por fuera del censo… creo yo que es ahí donde se dificulta la construcción de una política pública dirigida a esta población marginal: primero hay que tener un registro serio, sino es seguir tapando su presencia como ya se viene haciendo hace siglos. Volvemos entonces a esta idea de integrar bailando El tango es un hecho cultural que hoy tiene una industria comercial instalada pero también puede ser usado como herramienta para generar lazos sociales que integren a las personas desde un lugar nuevo… el baile tiene eso, para conectarse con el otro el idioma no es precisamente lo más importante. Info sobre las clases: se dictan todos los domingos en San Juan 2491 de 17 a 19 hs. La entrada es libre y gratuita. www.infoiarpidi.org Por: Carla Tudanca carlatudanca@hotmail.com Fuente: www.revistaquilombo.com.ar/?p=969 mayo 2012