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La invisibilidad de la comunidad afro en Argentina fue el resultado de un proyecto político nacional impulsado por los próceres de lo que se llamó “La Generación del 80”. Los africanos llegaron a este país en condición de esclavizados y participaron activamente en la prosperidad económica, social y cultural de la sociedad receptora sin ser beneficiarios/as de dicha prosperidad.
En Argentina, el primer intento de la abolición de la esclavitud ocurrió en 1813 con lo que se llamo la “libertad de vientre”. Esta libertad le correspondía solamente a los que nacieron después de que esa ley fue sancionada. En otros términos, los padres de los que nacieron después de esa fecha seguían siendo esclavos/as. La abolición concreta de la esclavitud tuvo lugar en 1853 y no en 1813 como se suele decir. Pero, los/las esclavizados/as gozaron de esta libertad recién a partir de 1861 cuando Buenos Aires había adherido al proyecto de la Republica Federal Argentina. Yendo al pragmatismo, diría que la Argentina abolió la esclavitud en ese año, 1861 y no 1813.
Luego de esa abolición, la sociedad argentina estaba muy impregnada con la teoría de la supuesta superioridad de raza, por consiguiente la supuesta teoría de la superioridad de la civilización, considerando en este contexto a la civilización europea como la más alta. Esta fue la basa de la actuación política de los próceres de la Generación del 80. A los indios como a los negros había que exterminarlos, “el fin justifica los medios”. Todos los discursos apuntaban a una Argentina genéticamente blanca y culturalmente europea.
Esos discursos nunca habían sido contradichos por ningún otro presidente hasta el 25 de mayo pasado a través del discurso de la Presidente Cristina Fernández de Kirchner en Bariloche, provincia de Río Negro. En ese discurso, la presidente, en conexión con su viaje a Angola, reconoció la presencia afro en Argentina en su condición de esclavos/as, la injusticia a la que fueron sometidos, su contribución en la conquista de la independencia de la Argentina, resaltando el papel del soldado como Cabral quien le había salvado la vida al General San Martin. La Presidenta reconoció también que la diligencia política argentina, con la colaboración de la ciudadanía, hizo de la comunidad afro la más excluida, marginada, la más pobre, debido a la filosofía del racismo.
Este pronunciamiento responde a la demanda permanente de la comunidad afro en Argentina, como le había sido expresado mediante una carta en diciembre de 2008 por quien redacta este articulo. Dos párrafos de esa carta decían:
“Estimada Señora Presidenta de la Nación, lamento decirle que la solución a esa problemática no la tengo yo. Por eso estimo necesario volver a enviarle el artículo: “El dolor del camino de la exclusión permanente”. También, Estimada Señora Presidenta de la Nación, creo que usted podría iniciar algo que nunca se hizo en la Argentina, es decir, empezar a promocionar lo valioso que es un ser humano mas allá de su pertenencia a un grupo étnico determinado, como ser negro por ejemplo. Dejar de lado la filosofía del Presidente Juan Bautista Alberti que pensaba que se podía pasar todo un siglo enseñando a un Negro, y que a pesar de esto su rendimiento intelectual sería inferior al rendimiento de un obrero Británico. Pues, si estuviera vivo hoy, a pesar de sus grandes logros y aportes en otras áreas, se daría cuenta de cuan equivocado estaba al respecto.
Pues, si estuviera vivo, estaría en condición de ver los rendimientos de gente como Nelson Mandela, Denzel Wahsington, Barack Obama, Kofi Annan, Collen Powel, Condoleeza Rize, Morgan Freeman, etc. y darse cuenta de que el rendimiento intelectual no depende del color de la piel, ya que se piensa con el cerebro y que el cerebro no tiene color.
Señora Presidente, usted puede llevarse el orgullo y el premio de ser la primera en impulsar lo valioso que son los negros sin importar la sociedad en la que viven, resaltando sus aportes en la Argentina e impulsando su bienestar y su visibilidad en esta sociedad que siempre los ha excluidos y marginados”.
El pronunciamiento de la Presidenta de la Nación en su discurso del último 25 de mayo es sólo un comienzo respecto a la visibilidad de la comunidad afro en Argentina y el respecto por los derechos humanos de sus integrantes. También, seria bueno que los demás dirigentes (gobernadores, intendentes, etc.) tomaran la misma postura.
Por: Nengumbi Celestin Sukama
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