Entrevista Nengumbi con Paul Byrne

Buenos Aires, Argentina Diciembre 2009

miércoles, 2 de diciembre de 2015

La historia de un refugiado del Congo que vive en Argentina: "Es muy complejo adaptarse al lugar de asilo"


Nengumbi Sukama, nacido en la República Democrática del Congo y director de la Comisión de Inclusión Social de la Red argentino-americana para el Liderazgo, se refirió a los desafíos que tuvo como refugiado para integrarse al país de acogida. "Llegué a Buenos Aires por una salida forzosa en la época en que Mobutu Sese Seko gobernaba Zaire (ex Congo belga); al año fui reconocido como refugiado y en 2005 adquirí la ciudadanía argentina, lo que puso fin a mi condición de refugiado. Es muy complejo, por la diversidad de factores que lleva a la gente a salir de su país de origen, adaptarse al lugar de asilo", contó durante un seminario titulado"Refugiados, problemática y desafíos del Siglo XXI" realizado por el Instituto Cultural Cudes .

"Desde el momento en que un refugiado llega al país de asilo necesita contar con toda la colaboración posible, es muy importante entender el contexto en que sale el refugiado y en que llega al país de acogida. Son humanos que tenían vida multifacética y que por una razón, que no dependía de ellos, tuvieron que salir de su país. Al llegar al lugar de acogida se encuentra con el desafío de una nueva vida: la incógnita de saber si va a ser considerado refugiado o no, si tendrá la protección internacional, cómo armar una nueva vida, si seguirá trabajando acorde a la preparación profesional o académica que antes tenía,si podrá armar un entorno para actividades socioculturales, si entenderá la nueva cultura... Todo eso entra en los desafíos para la integración de los refugiados", dijo.
"Desde el momento en que un refugiado llega al país de asilo necesita contar con toda la colaboración posible"
Argentina comenzó a recibir a refugiados en 1985, pero con limitaciones, y recién en 2003 se creó la CoNaRe, que marcó un avance en el concepto legal y jurídico, adaptando las normas para el estudio de estatutos internacionales que incorpora la Declaración de Cartagena que le dio un marco más amplio y "nuevos enfoques para las necesidades humanitarias de las personas refugiadas y desplazadas con un espíritu de solidaridad y cooperación".
Desde 1985 hasta diciembre de 2014, Argentina otorgó 3.911 estatutos de refugiados, un promedio anual de 130 y mensual de 4 estatutos de refugiados, según destacó Sukama y ahondó en las políticas de inserción e integración necesaria: "Argentina no cuenta con programas específicos para la recepción, asistencia, acompañamiento, integración social y laboral de las personas que solicitan asilo. Salvo en los casos de menores. Cuando uno llega, no conoce a nadie y necesita asistencia para la vivienda, la salud, la comida y, quizás más tarde, para la necesidad de seguir estudiando", destacó Sukama,
Remarcó que en la década del 90 los solicitantes de asilo como refugiado recibían una asistencia financiera pequeña por parte de la Comisión de Refugiados en Argentina con fondos provenientes de Ginebra: "Hasta 1998 la suma era de UDS 200 hasta UDS 600, pero una habitación costaba entre 180 o más dolares por mes, por lo que la cifra no era suficiente. La Comisión Católica daba cursos de castellano para quienes recién llegaban, pero a veces era difícil sobrevivir con ese dinero y asistir a los cursos. En la mayoría de los casos, los solicitantes dejaban el curso y buscaban trabajo en lo que podían".
"Es muy extraño iniciar un negocio cuyo capital inicial sea de 500 pesos"
Según el relato del hombre que fue desplazado de su tierra natal, desde 2001 comenzó a implementarse un sistema de microcréditos destinados a la realización de microemprendimientos. Una vez reconocido como refugiado se concedía una ayuda final que oscilaba entre los $ 1.200 a $ 2.000 y luego se pasó al microcrédito con suma de $500. "Es muy extraño iniciar un negocio cuyo capital inicial sea de 500 pesos. Los que querían entran en el mercado laboral, por la edad, por ser de un grupo determinado o por falta de documentación no podían acceder porque la nueva documentación tardaba hasta 2 años y medio. Había una precaria que los empleadores no consideraban como documento válido para acceder al empleo. Los solicitantes terminaban siendo victimas de maltrato y discriminación, xenofobia, marginación social, lo que dificultaba su integración en la sociedad", explicó.
Luego se creó la CoNaRe (Comisión Nacional para Refugiados) que "trajo nuevas esperanzas, pero no se pudo concretar porque la ley no ha sido implementada", subrayó y volvió a remarcar: "La meta principal es ver cómo podemos ayudar a los refugiados para insertarlos en el mercado laboral, para que no dependan de una asistencia del Estado y que vivan como lo hacían en su país de origen. El desafío es también lograr que accedan al mercado laboral acorde a su preparación laboral y académica", finalizó.
Nota: Nengumbi Sukama nació en la República Democrática del Congo, es licenciado en Administración de Empresas, también cuenta con una Tecnicatura Superior en transporte y Distribución (Australia) y una Tecnicatura Superior en Estudios de Negocios (Inglaterra), es el Fundador y Director Ejecutivo de IARPIDI y Director de la Comisión de Inclusión Social de la Red Argentino Americana para el Liderazgo. Su gran compromiso de vida es la lucha por los derechos humanos.
Fuente: http://www.infobae.com/2015/11/27/1772891-la-historia-un-refugiado-del-congo-que-vive-argentina-es-muy-complejo-adaptarse-al-lugar-asilo


Panel sobre refugiados en el CUDES

Por Redacción Diario Sirio Libanés
El Instituto de Cultura del CUDES (Centro Universitario de Estudios) presentó un panel de alto valor académico sobre la temática de los refugiados.

Bajo el título de “Refugiados, problemática y desafíos para el Siglo XXI”, se desarrolló un encuentro académico en las instalaciones del CUDES, este jueves 26 de noviembre.
La actividad, programada como puntapié inicial de un ciclo a continuar en 2016, fue coordinada y organizada por el Instituto de Cultura de la casa de estudios, dirigido por el Dr. Roberto Bosca.
Se dividió el enfoque general de la compleja temática en dos paneles.
El primer panel fue coordinado y presentado por Mariela Inés Laghezza y contó con las disertaciones de Eugenia Contarini, Oficial de la Oficina Regional para el Sur de América Latina del ACNUR, y de Nengumbi Sukama, director ejecutivo de la ONGIARPIDI.
La representante de ACNUR, describió el contexto actual dando cifras oficiales globales que son causa de la masiva difusión mediática de la problemática de refugiados.
“… para fines de 2014, se registraron 60 millones de personas (población sumada de Argentina, Chile y Uruguay) obligadas a huir de sus hogares de forma forzada. ACNUR habla de ellos como una nación de desplazados”.
Asimismo señaló el debate conceptual político y jurídico en torno a la temática para lo cual inicio dando la definición de “refugiado” y su diferencia con “migrante”. Finalmente destacó los desafíos globales y regionales latinoamericanos.
“La crisis parece estar en Europa, pero no está allí. Nueve de cada diez personas refugiadas a nivel mundial, no están en Europa, sino en los países vecinos a los países en conflicto... El caso de Medio Oriente es muy claro en ese aspecto”.
“La respuesta a la problemática tiene que ver claramente con la cooperación internacional… El ACNUR declaró recientemente que las crisis humanitarias no se resuelven con soluciones humanitarias, sino con respuestas políticas”.
“América Latina se ha caracterizado históricamente por su tradición de protección de refugiados…En este contexto, tanto Argentina, como otros países del Mercosur, están brindando respuestas específicas para la temática”.
El Director de IARPIDI, Negumbi Sukama, comentó su historia personal en nuestro país habiendo llegado desde Zaire y solicitado la condición de refugiado, tras lo cual consiguió la ciudadanía argentina a partir de 2005.
Según su mensaje, las cuentas pendientes en nuestro país están en “la reglamentación de la ley de refugiados” y “en la asistencia para la inserción e integración ya que no se cuenta con un programa específico para la recepción, asistencia, acompañamiento, inserción, integración social, profesional y laboral, de los refugiados y solicitantes de asilo”.
El segundo panel, coordinado y presentado por Juan Francisco Baroffio, con las disertaciones de los académicos y embajadores Abel Posse y Waldo Villalpando, junto al ex fiscal de la Corte Penal Internacional, Luis Moreno Ocampo.
El embajador Posse disertó sobre su reciente experiencia en Europa donde pudo constatar los efectos directos de las nuevas olas de refugiados y la respuesta de los gobiernos y sociedades europeas.
Efectuó, el diplomático, un diagnóstico de situación destacando la falta de respuesta acorde por parte de los líderes europeos, una “crisis de liderazgo” basada en el miedo y el desconocimiento.
“El terrorismo surge de un Medio Oriente vapuleado por el abuso de la civilización de occidente, que entró en la región, hizo tres o cuatro guerras televisivas, las fracasaron y dejaron los países destrozados. Países donde de alguna manera se vivía y sobre todo, de acuerdo a códigos que occidente no conoce”... “occidente siempre creyó que su democracia era un dios y no una forma de convivencia”.
Luis Moreno Ocampo a partir de su experiencia en la Corte Penal Internacional y su conocimiento de distintas crisis humanitarias, expuso su propuesta de enfocar la temática a partir de la prevención y no solo del manejo de los síntomas.
“…claro que tenemos que ocuparnos de las víctimas, pero tenemos que evitar que haya más víctimas y para eso, sobre todo a partir de las convicciones religiosas, pensar que significa amar al projimo, incluso al enemigo, no matarlo, aplicarle la ley”.
Destacó la importancia de la Corte Penal Internacional creada en 1998, que significó un avance sin precedentes en pos de poner un límite a los estados soberanos al prohibir los crímenes de lesa humanidad, de guerra y genocidio, creando una entidad que estuviera por sobre todos.
Se expresó en favor de una humanidad que avance en este sentido, algo que los líderes actuales (Obama, Hollande) no están haciendo porque están interactuando con la problemática del terrorismo declarándole la guerra y convirtiéndose en un actor tribal más en la escena.
Finalmente el embajador Waldo Villalpando remarcó la importancia de fomentar el “buen funcionamiento desde el estado” ante la temática, pero a su vez “aprovechar la actividad privada personal y voluntaria tan generosa como la que aparece no solo en nuestra sociedad, sino en todas las sociedades mundiales a través de las ONGs”.
Destacó asimismo el aporte de los refugiados a las sociedades de acogida, “los países pagan a veces el precio de su historia, de su ignorancia o de su mezquindad, pero muchas veces también reciben un valor imposible de calcular, el talento del ser humano”.
Fuente: http://www.diariosiriolibanes.com.ar/Cultura/Panel-sobre-refugiados-en-el-CUDES