Resumen ejecutivo
La presente investigación tiene como objetivo verificar la aplicación de perfiles racistas en la administración de justicia penal de la Ciudad de Buenos Aires. Se trata de un intento racional y ordenado de descripción de la prevalencia y la frecuencia de las restricciones ilegales a la libertad de personas migrantes africanas.
Los resultados preliminares sugieren que existe un patrón estable de aplicación de perfiles racistas verificable en el hecho de que la totalidad (100%) de las personas entrevistadas fueron paradas por la policía en la calle en los últimos 18 meses. El estudio prueba también que un 80% de las personas manifestaron ser paradas semanalmente o con mayor frecuencia, en ocasión de encontrarse trabajando en la vía pública. Todas las personas entrevistadas en el marco de este estudio consideran que cuando la policía les para o llama no son libres hasta que la policía les indica que pueden irse, o hasta que la policía abandona el lugar. El estudio concluye que la reiteración y la regularidad de las detenciones y otros tipos de abusos de poder definen la existencia de patrones de acoso policial racista contra personas africanas.
Metodología
Se entrevistaron a 45 personas en base a una muestra no aleatoria, a través de un análisis secuencial. Las entrevistas fueron semiestructuradas (preguntas pre-determinadas y otras libres).
Universo de personas entrevistadas y situación socio-económica
De las 45 personas entrevistadas; 35 son varones senegaleses, 5 son mujeres senegalesas, y 5 son varones de otros países africanos.
43 dijeron trabajar en venta ambulante y sólo 2 no trabajan en la calle. El ingreso máximo no supera los 1.300 pesos por mes; 20 de las personas entrevistadas ganan entre 800 y 1300 pesos por mes; mientras 25 ganan menos de 800 pesos por mes.
En cuanto al manejo del idioma castellano sólo 3 consideraron que hablan, leen y escriben español “bien”. La totalidad de las personas entrevistadas no tiene acceso a ningún programa social ni ninguna otra asistencia social. Todos los entrevistados dijeron vivir en habitaciones compartidas de hoteles. Por último, todos asignan una parte de sus escasos ingresos para ser enviados como remesas de dinero a sus familiares en África.
Estos datos ayudan a determinar la vulnerabilidad socio-económica del colectivo africano y a confirmar que se encuentran en situación de pobreza., midiendo la pobreza a través de cualquiera de los dos métodos usados en Argentina, por necesidades básicas insatisfechas (NBI) o por la línea de pobreza.
Restricciones a la libertad por la policía en la calle: prevalencia, frecuencia, y efectos de las detenciones
El estudio confirmó una alta prevalencia en el contacto entre las personas africanas y la policía: el 100% de las personas entrevistadas fue parada / detenida por la policía en los últimos 18 meses. En cuanto al efecto de este tipo de contactos el 100% considera que cuando la policía les para o llama no son libres hasta que la policía les indica que pueden irse, o hasta que la policía abandona el lugar.
Un 93% (42) fue parado/detenido durante 2009 (en los últimos 6 meses). Dentro del grupo de las personas que trabajan en la calle en venta ambulante, un 39% (17) manifestó haber sido parado también en ocasiones diversas (no trabajando en la calle). El estudio detectó también una alta frecuencia en el contacto entre personas africanas y la policía: un 83% (36) manifiesta ser parada semanalmente o con mayor frecuencia, en ocasión de encontrarse trabajando en la vía pública. Mientras que las 2 personas que no trabajan en la calle fueron detenidas en la vía pública cerca de su casa.
Con respecto a los resultados de las detenciones, el estudio descubrió que el 22% (10) fue arrestada; el 51% (23) manifestó haber sido parada pero no se le labró ningún acta; un 11% (5) manifiesta haber sido procesada por art. 83 más de una vez los últimos 18 meses, mientras un 44% (20) manifiesta haber sido procesada por infracción al art. 83 del Código Contravencional en los últimos 18 meses.
Los datos muestran un patrón de frecuentes detenciones en la vía pública.
Las detenciones cotidianas, continuadas y sistemáticas en la vía pública que la PFA cursa contra las personas entrevistadas, y que pueden o no terminar en el arresto por averiguación de antecedentes o acreditación de identidad, y en el procesamiento de la/s persona/s detenidas, ocurren en un contexto donde éstas no tienen libertad para irse del lugar. Este hecho se comprueba no solo mediante el estado subjetivo de las víctimas, sino con elementos objetivos como la presencia de uno o varios agentes de policía, la presencia o exhibición de armas, la exigencia de papeles identificatorios, la requisa de las ropas o elementos personales de quien/es sean detenidos, contacto físico con la persona del ciudadano, la presencia de móviles policiales, y el uso del lenguaje o el tono de voz indicando que el cumplimiento de la solicitud del funcionario puede ser obligatorio.
Asimismo, se comprueba mediante las entrevistas que no es sino cuando la persona es formalmente procesada y se encuentra ante una autoridad no policial – lo que ocurre en una ínfima porción de los casos- que se le informan los motivos de su detención y sus derechos. No se reportan casos donde haya habido intervención de intérpretes aún en casos donde las mismas actas labradas dan cuenta que la persona detenida no habla español.
Otros incidentes racistas: la compleja práctica del abuso policial
Durante las detenciones se cometen infinidad de abusos: insultos racistas, robos, arrestos clandestinos, lesiones, abusos de armas, amenazas, corrupción, desalojos de la vía pública, entre otras que configuran abusos durante la detención o bien fines ilegítimos de esta y el posterior procesamiento.
El 100% de las entrevistadas recibió insultos de la policía. La policía pidió “regalos” a las 43 que trabajan en la calle. Dentro de este último grupo, a las 20 personas procesadas por art. 83 se les secuestró su mercadería de subsistencia.
En informes de organismos especializados se reportan robos sufridos por personas africanas en ocasión de detenciones. También hay reportes de por lo menos 5 arrestos clandestinos de duración de 24 hrs. o más Conocemos por lo menos 2 casos de abusos de armas.
Los datos del estudio ayudan a medir la prevalencia del abuso policial y a desagregar el concepto general de abuso policía en diversas conductas que pueden desarrollarse de manera asilada o combinadas entre sí: el pedido de regalos fue ir acompañado de insultos y provocar un arresto clandestino si el pedido no es satisfecho.
Conclusiones
Todas las personas africanas entrevistadas son paradas por la policía en la CABA. Esta prevalencia es indicativa de la aplicación de perfiles racistas. Salvo excepciones, son paradas frecuente y regularmente. La reiteración y regularidad definen la existencia de patrones de acoso policial contra personas africanas.
Las que más sufren este acoso policial son las personas africanas que viven de actividades callejeras de subsistencia, que son acosadas cotidianamente. En su enorme mayoría, las personas entrevistadas desconocen sus derechos básicos frente a la policía y la justicia. En este contexto, el efecto subjetivo de los encuentros entre las personas africanas y la policía provoca que ninguna se sienta libre para abandonar el lugar frente a la policía y hasta que esta lo ordena.
Otros indicadores de racismo son los insultos, trato diferencial y otros vinculados a estereotipos que denuncian las personas entrevistadas.
Por su sistematicidad, reiteración, permanencia e impunidad, estas restricciones ilegales a la libertad sumadas a otros incidentes racistas por las autoridades a cargo de hacer cumplir la ley tienen efectos negativos sobre la comunidad, con efectos acumulativos, incrementando así progresivamente su gravedad.
Algunos de esos efectos se hacen visibles como: temor, pesadillas, miedo de salir a la calle, miedo a la policía, cambios de conducta, no transitar por ciertos lugares, enfermedades asociadas al stress (gastritis, depresión, cefaleas, insomnio, ataques de pánico, etc.). Muchos de estos síntomas cuando son sostenidos en el tiempo cumplen con los requisitos de un cuadro de stress post-traumático.
Finalmente, el estudio confirma que la totalidad de las personas africanas entrevistadas se encuentran en situación de pobreza y que por lo tanto la venta ambulante es una actividad de mera subsistencia. El estudio también confirma que la policía y otras instituciones públicas, lejos de identificarlos como un colectivo socialmente vulnerable, los discrimina y los excluye. El estudio confirma además, que la policía abusa de su poder e implementa un patrón racista de frecuentes contactos innecesarios e ilegales con las personas africanas.
Por: Instituto Argentino para la Igualdad, Diversidad e Integración
Nengumbi Celestin Sukama
Presidente
iarpidi@gmail.com
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