Dirección: Alejandra Egido /
Guión y selección de textos: Alejandra Egido y Lea Geler
Esta performance es la puesta en escena de diversos textos históricos y poéticos escritos por mujeres afrolatinoamericanas que relatan las gestas, pasiones, pesares e ilusiones de las mujeres afrodescendientes de Argentina y Latinoamérica, desde la época de la esclavitud hasta nuestros días. Llegadas al territorio latinoamericano en los barcos esclavistas, secuestradas y privadas de toda libertad, estas mujeres lucharon, se rebelaron y tejieron estrategias que les permitieron no solamente sobrevivir sino rehacer sus vidas, entrelazándolas con las de todo un país que aun no toma conciencia de su presencia ni de su historia, haciendo recaer sobre ellas muchas veces el olvido, la discriminación y los prejuicios.
La puesta abre con la imagen de Sarah Baartman, tristemente conocida como la Venus Hotentote, expuesta en ferias europeas para ser observada como un animal salvaje a principios del siglo XIX. Su fuerza y recuerdo unirá a las mujeres afrodescendientes a lo largo de la historia y el territorio. Cada afrolatinoamericana recibe este mensaje y, a su vez, en las manos de cada una el mensaje se resignifica. Pero estas mujeres no dejan de compartir con Sarah Baartman una situación de estereotipación e hipersexualización: son miradas, observadas, expuestas…. En este circo en el que sin quererlo las afrolatinoamericanas son protagonistas, irrumpen tiempos y espacios diversos, trazando continuidades y rupturas.
Declara Doña María Antonia Mercado ante la justicia eclesiástica provincia de Córdoba (Argentina) de la primera mitad del siglo XIX. Quiere divorciarse de su esposo ya que éste abunda en vicios, juegos y amancebamientos con esclavas y pardas con las que tiene varios hijos. Vemos cómo esta mujer trasciende su época poniendo en tela de juicio ante la sociedad la moralidad de la familia frente a la introducción de hijos ilegítimos en el matrimonio mediante el adulterio. Y llama a declarar como testigos a mujeres esclavas, pardas y libres que exponen sus declaraciones y estrategias.
El personaje de Josefa Tenorio, a inicios del siglo XIX, convierte el mensaje en una reflexión libertaria. Es una carta que ella hace al general San Martín, llena de cuidadosas y contenidas palabras. Bien sabe que el haber ido a la guerra vestida de hombre es una acción que trastorna el orden patriarcal de su época. Tan certeras son sus dudas al respecto que la historia recoge la siguiente solución a sus pedidos: “Días más tarde (de haber recibido la carta de Josefa) el general San Martín ordenó: Téngase presente a la suplicante en el primer sorteo que se haga para la libertad de esclavos”.
El mensaje va trasladándonos de escenarios lejanos a otros más modernos, donde van aflorando personajes de mujeres más cercanas a nosotras mismas. Es recibido por una mujer que hace uso del aquí y del ahora y lanza al viento y a todos su declaración de principios: Soy como soy, como lo cuenta la poetisa costarricense Shirley Campbell Barr, “porque me da la gana”.
Nuestra performance va y viene del pasado a la modernidad, y se adueña nuestro mensaje de las manos de una mujer que lamenta haber cambiado la tradición oral africana por los libros de filosofía, como se lamenta la poetisa cubana Georgina Herrera. Reconoce que no sabe hacer cuentos, como las negras viejas que con sus narraciones consolaban los velorios. No oculta en sus versos un fino temor nostálgico, un miedo inmenso de haber tejido el hilo por donde se escapan para siempre la tradición y la cultura.
Ya nuestro mensaje pasa de la mano de una mujer a la de la otra, están todas en escena, se acompañan, se oyen, se expresan, concluyen. Algunas recogen cartones en la calle y viven en favelas, como lo hacía Carolina Maria de Jesus en Brasil, otras permanecen defendiendo a su “amo” para que la libertad de sus hijos sea duradera.
Con estos hilos invisibles y fuertes, con la pluralidad de un mismo mensaje, está tramada esta performance. Pero, a pesar de las declaraciones y testigos presentadas, María Antonia Mercado no consigue ganar el juicio. Y a pesar de las solidaridades e historias compartidas, el circo continúa.
Piezas adaptadas de:
Siglo XVIII:
- Declaración en Buenos Aires de Paula Gorman, negra esclava del Dr. Don Miguel Gorman, en 1789, para ser separada de su amo.
Siglo XIX:
- Carta escrita en 1821 por la esclava Josefa Tenorio a San Martín, Monteagudo y Guido, en la que pide su libertad después de haber servido a la patria en sucesivas batallas.
- Recreación del juicio de divorcio ocurrido en la ciudad de Córdoba (Argentina) entre 1805 y 1841.
- Poema afrofemenino anónimo titulado “El aire y el agua”. Reproducido en el periódico afroporteño La Perla, 1878.
-Pieza de Eduardo Gutiérrez sobre Mamá Carmen (ca. 1879), escrita durante la Campaña al Desierto.
Siglos XX y XXI
- Poema “Porque me da la gana”, de Shirley Campbell Barr (Costa Rica).
- Poema “Elogio para las negras viejas de antes”, de Georgina Herrera (Cuba).
- Diario de Carolina Maria de Jesus (Brasil).
Equipo TES
Intérpretes
Carmen Yannone
Irene Gaulli
Silvia Balbuena
Anastacia Giménez
Natalia Morales
Coreografías María Zegna
Diseño de Luces y Equipo Técnico
Leandra Rodríguez
Santiago Schaerer
Dirección
Alejandra Egido
Guión
Alejandra Egido y Lea Geler
Diseño escenográfico
Adrián Levy
Vestuario María O.
Producción
Shirley Giménez
Duración: 45 minutos
Se agradece a Florencia Guzmán y a Laura Casals por el acceso a algunas de lasfuentes trabajadas.
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