Por: Nengumbi C. Sukama
HÉROES AFRODESCENDIENTES ARGENTINOS INVISIBILIZADOS
En el marco de la lucha por la visibilidad de los afros, la 
valoración de sus aportes en Argentina y el reconocimiento y goce de sus
 derechos, se llevará a cabo por el plazo de un año una muestra 
itinerante llamada “Héroes Afrodescendientes Argentinos 
Invisibilizados”. Dicha muestra ha sido realizada gracias a la 
iniciativa del Instituto Argentino para la Igualdad, Diversidad e 
Integración, con el patrocinio financiero de la Dirección de 
Fortalecimiento de las Organizaciones de la Sociedad Civil perteneciente
 al Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y el auspicio de la 
Embajada de la República Democrática del Congo en Argentina.
El presente proyecto consiste en visibilizar a la población 
afrodescendiente de este país, reconstruyendo, de alguna manera, la 
“narrativa histórica argentina”. De este modo, se revisa la historia 
mostrando el rol activo que la población afrodescendiente tuvo en la 
construcción de la Argentina como Nación y Estado. 
Cuando hablamos de afrodescendientes argentinos hacemos referencia a 
descendientes de afros esclavizados que vivieron y trabajaron en este 
país, y cuyos descendientes siguen viviendo y participando en la 
construcción de esta nación. Al nombrarlos, les damos entidad, ser, y 
destruimos la idea común, o el mito, de que “en Argentina nunca hubo 
negros” o “todos los negros desaparecieron”.
Se habla de héroes puesto que se pretende demostrar que ha habido, en
 la construcción del país, muchos/as afrodescendientes argentinos/as que
 participaron en las luchas independentistas, que formaban parte de los 
ejércitos, que compartían una idea y un ideal de país con los demás 
ciudadanos. En síntesis, que han sido parte de la historia del país, de 
su transformación, y han actuado en la política, la prensa, la 
literatura y la música, así como en otros aspectos de la vida social.
Esta muestra promueve y fomenta la construcción de una sociedad 
igualitaria donde todos/as los/las ciudadanos/as tengan acceso 
igualitario a los derechos fundamentales como seres humanos sin 
distinción alguna, sea por motivo de raza, lugar de origen, religión, 
situación socio-económica, orientación sexual, étnica u otro.
La muestra se inauguró el 29 de noviembre de 2013 y luego en 2014 recorrerá las quince comunas de la Ciudad de Buenos Aires.
Director general del proyecto: Nengumbi Celestin Sukama, Fundador de IARPIDI
Biografía de la artista plástica: Mirta Beatriz Toledo
Mirta Toledo nació en Buenos Aires. Es Licenciada en Pintura del IUNA
 y egresó como Profesora de Pintura y Escultura de la Escuela Nacional 
de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón. En la Escuela Superior de Bellas 
Artes Ernesto de la Cárcova se formó en escultura con el maestro Antonio
 Pujía.
En Argentina recibió primeros premios en escultura otorgados por la 
Fundación Givré, La Bolsa de Cereales, la galería Hoy en el Arte, la 
Asociación Argentina de Artistas Plásticos y el Ministerio de Cultura y 
Educación de la Nación, entre otros. Durante su estadía en Estados 
Unidos, fue becada para realizar residencias por Coronado Studios en 
Austin, así como Stone Metal Press y NALAC Leadership Institute de la 
Asociación de Arte y Cultura Latina, ambos en San Antonio. Trabajó como 
periodista cultural para el Fort Worth Star Telegram, curadora en La 
Peña Latino Arts Organization y docente de artes visuales en la 
fundación LUPE Arte.
Realizó muestras individuales en Argentina y Estados Unidos, y 
participó en exposiciones colectivas en México, Brasil, Malasia, Grecia e
 Italia.
La conciencia de la diversidad étnica y cultural en su propia familia
 ha marcado su obra, ya que su padre, Toribio Toledo, era afro-guaraní y
 su madre, Eva, es española. En 1993, la Editorial Vinciguerra publicó 
su novela La Semilla Elemental, donde, en clave de icción, recrea la 
saga de sus ancestros.
Desde 1993 sus trabajos, aglutinados en la serie Diversidad Pura, 
celebran la diversidad cultural, religiosa, racial y sexual que hay en 
el planeta, proponiéndo al espectador una visión alternativa a la 
eurocéntrica. Diversidad Pura: Una búsqueda de la identidad, fue su tema
 de conferencias en el Barnard College de Nueva York, la University of 
North Carolina de Chapel Hill, la University of Maryland de College Park
 y la Texas Women´s University de Denton, entre otras.
Durante sus veinte años de trayectoria en Estados Unidos, su obra 
pictórica recibió reconocimiento de la crítica por su calidad y mensaje.
 En 1998 obtuvo La Estrella Award a Mujeres Sobresalientes en Arte, 
premio otorgado por el “Hispanic Women´s Network of Texas”.
“A través de mis obras”, subraya la artista, “quiero celebrar las 
diferencias existentes entre los seres humanos, en contraposición a la 
masiicación cultural que nos imponen los medios de comunicación 
globalizados. La diversidad es uno de los tesoros de la humanidad”.
Bernardino Rivadavia – Primer Presidente de Argentina
Bernardino de  la Trinidad González de Rivadavia y Rivadavia nació el
 20 de mayo de 1780  en  el  seno  de  una  familia  con  antepasados  
africanos.  Por  eso  uno  de  los  motes despectivos con el que lo 
llamaron sus opositores políticos fue el “Doctor Chocolate”. Sin 
embargo, en el censo de Buenos Aires de 1810 fue rotulado como blanco.
Inició  sus  estudios  en  el  Colegio  de  San  Carlos  en  1798  
donde  cursó  Gramática, Filosofía  y  Teología,  pero  no  se  graduó  
en  ninguna  de  estas materias,  abandonando  los estudios en 1803.
En las Invasiones Inglesas actuó como teniente del Tercio de 
Voluntarios de Galicia. En 1808 Santiago de Liniers lo nombró alférez 
real pero este nombramiento fue rechazado por el Cabildo. El 14 de 
diciembre de 1809 se casó, con Juana del Pino, hija del ex virrey del 
Río de la Plata, Joaquín del Pino. Tuvieron cuatro hijos, tres varones y
 una niña que falleció a los cuatro años de edad.
Entre 1820 y  1824  fue Ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores 
de la provincia de Buenos Aires durante el gobierno del general Martín 
Rodríguez. Rivadavia  fue  el  primer  argentino  electo  como    
presidente  de  una República  nueva  e independiente, llamada en esa 
época Provincias Unidas del Río de la Plata. Su mandato se extendió 
desde el 8 de  febrero de 1826 hasta el 7 de  julio de 1827, cuando  
renunció y se retiró definitivamente de la vida pública. La sanción de 
la Constitución Argentina de 1826, de  fuerte contenido unitario,  
rechazada por  las provincias  y  su propio  repudio  al  “tratado 
deshonroso” preliminar de paz con el Imperio del Brasil para finalizar 
la guerra, fueron las causas motivadoras de su renuncia.
Inmediatamente después  se retiró a España, en donde murió el 2 de 
septiembre de 1845. En  su  lecho  de  muerte  pidió  que  su  cuerpo  
“no  volviera  jamás  a  Buenos  Aires”.  Sin embargo  fueron  
repatriados  a Argentina  en  el  año  1857,  recibiendo  honores  de  
Capitán General, y desde el año 1932 descansan en un mausoleo levantado 
en su honor,  situado en la Plaza Miserere, adyacente a la Avenida 
Rivadavia nombrada en su honor.
Josefa Tenerio – (Abanderada del Ejército Libertador)    
Se desconoce el  lugar  y  la  fecha de  su nacimiento. Pero  se  
sabe  con  certeza que  Josefa esclava  de Gregoria Aguilar.   Este  
soldado  glorioso  de  la  independencia  americana,  es  un  ejemplo  
del ignorado soldado-mujer,  durante su voluntario servicio a la patria.
Según consta en un documento (que se transcribe a continuación), 
hecho sobre papel sellado del Perú independiente para  los años 1822-23,
 y  firmado por el  libertador don José de San Martín, don Bernardo 
Monteagudo, General Tomás Guido, Coronel José de la Riva Agüero y el 
Teniente General de guerrillas Toribio Dávalos, le cupo la gloria de ser
 abanderada:
“Señor: Josefa Tenorio, esclava de doña Gregoria Aguilar, ante 
Vuestra Soberanía con el más profundo respeto digo: que tengo prestados 
mis servicios personales a la madre Patria con el valor de que no todos 
los hombres son capaces, así es que apenas rugió el rumor de que el 
enemigo común volvía en septiembre del  año  pasado  a  querer  
esclavizar  a  los  habitantes  de  esta  capital  de  los  libres,  
cuando me  visto  de hombre y corro presurosa a recibir órdenes, y tomar
 un fusil, en efecto, se me alista en Palacio, con sable y pistola, y 
con los nombrados voluntarios para consultar el fuerte, patrulleo, ronda
 y no me excuso a la fatiga. Luego salgo a campaña en mi propio caballo y
 el señor General en Jefe Gregorio Las Heras me confía una bandera para 
que la sostenga y defienda con honor, agregándome en el punto de 
Manzanilla al cuerpo que mandaba el señor Teniente General Don Toribio 
Dávalos, a las órdenes de ese acreditado jefe sufro el rigor de la 
campaña y concurro con acreditado desempeño al sitio de los Castillos 
del Callao y sus  fuertes  tiroteos, y a  las acciones  tan reñidas que 
dimos en San Borja, Chacra Alta, Copacabana y Puruchuca (1820-21). Mi 
sexo no ha sido impedimento para ser útil a la patria, y si en un varón 
es toda recomendación  de  valor,  en  una  mujer  es  extraordinario  
tenerlo.  Suplico  a  Vuestra  Soberanía  que examine  lo que presento y
  juro. Y se sirva declarar mi  libertad que es  lo único que apetezco”.
 Firmaba Josefa Tenorio, esclava de doña Gregoria Aguilar.
Josefa Tenorio, sostuvo  indemne  la bandera argentina, al  frente de
  la caballería, mientras con el otro brazo esforzado la defendió de los
 ataques enemigos. Las tropas que tomaron parte en los ataques  fueron 
los batallones Numancia, No. 11 de  los Andes, 4 y 5 de Chile y el 
regimiento de Granaderos a Caballo, con la escolta de Húsares del 
General.
La respuesta del Gral. José de San Martín a  la carta de Tenorio 
figura en  los archivos históricos, con esta sola mención: “Téngase 
presente a la suplicante, en el primer sorteo que se haga por la 
libertad de los esclavos. Nadie se ocupó nunca de ella, quizás por el 
hecho de haber sido una negra esclava. Pero su heroísmo,  merece  y  
obliga  al  rescate  de  su  nombre  y  su  hazaña,  como  también  del 
 humilde  premio solicitando su propia liberación como ser humano, 
porque esto es parte de la historia”.
De  la  información  provista  por  esta  documentación  puede  
deducirse  que  Josefa  Tenorio  tenía condiciones de eximia jinete, 
pues montó en su caballo particular de una manera que el General Las 
Heras la eligió como “abanderada”.   Se desconoce el  lugar y  la fecha 
de su muerte, como así  también si su  tan ansiada libertad le fue 
concedida.   
Antonio Ruiz, “Falucho” 
Según Mitre  en  su  “Historia  de San Martín”, Antonio Ruiz,  de  
sobrenombre Falucho, nació en Buenos Aires.  Originalmente fue esclavo 
de la familia Ruiz, por consiguiente su apellido.  Ya  era  liberto  
cuando  formó  parte  del  Ejército  del  Norte  por  la  lucha  para  
la independencia, comandado por el general Manuel Belgrano. Más adelante
 formó parte del regimiento  número  8  del  Ejército  de  los Andes,  
comandado  por  el  general  José  de  San Martín, donde se desempeñó 
con el grado de cabo segundo. Según el historiador Bartolomé Mitre,  San
 Martín  hablaba  con  los  negros  libertos  diciéndoles  “que  si  los
  españoles  los llegaban a derrotar, volverían nuevamente a ser 
esclavos y los venderían por azúcar”.
Participó en  la campaña  libertadora al Perú en el  regimiento Río 
de  la Plata. Ruiz  fue destacado en la guarnición de Callao 
(actualmente Perú). El 5 de febrero de 1824, hubo un motín  dentro  de  
la  guarnición.  En  ese  momento  había  mucho  descontento  entre  los
 soldados, a causa del impago de sueldos durante varios meses, la 
indisponibilidad de nueva ropa  y  una  alimentación  de mala  calidad. 
 Los  comandantes  españoles  prisioneros  en  el Callao – principal 
entre ellos el Coronel José María Casariego – vieron una oportunidad y 
aprovecharon  de  este  descontento  para  convencer  a  gran  parte  de
  los  soldados  allí estacionados a rebelarse contra las fuerzas 
rebeldes.
La  noche  del  5  de  febrero  de  1824  los  españoles  junto  con 
 un  grupo  de  rebeldes traidores  trataron de arriar la bandera 
española en  la Torre del Rey Felipe, donde Antonio Ruiz  estaba  
emplazado.  Este  grupo  de  soldados  lograron  arriar  la  bandera  
realista,  pero Falucho se negó a gritar: “¡Viva el rey!”. Según Mitre 
“Cuando se  le mandó presentar las armas al pabellón español exclamó que
 no podía hacer honores a un pabellón contra el que había  peleado  
siempre,  y  tomando  su  fusil  por  el  cañón  lo  rompió  contra  el 
 asta  de  la bandera.  Antonio  Ruiz  fue  entonces  fue  fusilado  al 
 pie  de  la  bandera  española. Murió gritando: ¡Viva Buenos Aires! El 
valiente Falucho murió por sus principios, dando ejemplo de patriotismo.
MARÍA REMEDIOS DEL VALLE  – (La Capitana) 
Nació  en Buenos Aires,  pero  se  desconoce  la  fecha,  estimándose
  que  ocurrió  durante  el  último  tercio  del siglo XVIII. Las 
primeras referencias de su participación en batallas se  remontan a  la 
defensa de  la ciudad de Buenos Aires  de  la  primera  de  las  dos  
invasiones  inglesas,  ocurrida  en  1806. Durante  esa  defensa  
integró  el Cuerpo de Andaluces.
El 6 de  julio de 1810 partió a  la Primera Expedición Auxiliadora 
del Alto Perú como miembro del Ejército del  Norte,  en  el  que  
también  estaban  enlistados  su  marido  y  sus  dos  hijos.  La  
“Parda  María”  (como  la mencionan en algunos partes militares) 
combatió en Huaqui en la conocida Batalla de Desaguadero, el 20 julio de
  1811,  siendo  una  de  las  protagonistas  del Éxodo  Jujeño,    esa 
 trágica  retirada  después    que  obtuvieron  el triunfo las armas 
realistas.
El 24 y 25 de septiembre de 1812  formó parte del enfrentamiento 
armado  librado en  las cercanías de San Miguel de Tucumán. Allí no sólo
 asistió a los heridos en las primeras líneas de combate, sino que 
además alentó a los soldados. Ante el valor desplegado por María 
Remedios, el General Belgrano la nombró Capitana.
Participó también en las batallas de Salta, de Vilcapugio y el 14 de 
noviembre de 1813, el Ejército del Norte fue derrotado por las tropas 
realistas comandadas por Joaquín de la  Pezuela.  En esas batallas, 
aunque perdió a su marido  y  sus  hijos,  se  distinguió  junto  con  
otras mujeres  por  la  atención  a  los  heridos,  siendo  una  de  las
 conocidas históricamente como “Las Niñas de Ayohuma”.  Fue una de  los 
quinientos prisioneros tomados por Pezuela  durante  esa  derrota  y más
  tarde,  al  ser  descubierta  organizando  una  fuga  conjunta,  fue  
azotada  por nueve días, al  final de  los cuales  logró escapar para  
integrar  las  fuerzas de Martín Miguel de Güemes y  Juan Antonio 
Álvarez de Arenales, empuñando armas y ayudando a los heridos en los 
hospitales de campaña.
En  1827  se  encontraba  en  la  indigencia  y  un  día  fue  
reconocida  en  la  calle  por  el  General  Juan  José Viamonte, 
compañero en la Campaña al Alto Perú. Conmovido, decidió darle 
protección. Como diputado en la Junta de Representantes de la Provincia 
de Buenos Aires,  el 11 de octubre de 1827 presentó un proyecto para 
otorgarle una pensión por los servicios prestados.
Tomás de Anchorena se refirió así sobre ella en la Sala de 
Representantes: Efectivamente, esta es una mujer singular. Yo me hallaba
 de Secretario del General Belgrano cuando esta mujer estaba en el 
Ejército, y no había acción, en que ella pudiera tomar parte, que no la 
tomase… Yo los he oído a todos a voz pública hacer elogios de esta mujer
 por esa oficiosidad y caridad con que cuidaba a  los hombres en  la 
desgracia y miseria en que quedan los hombres después de una acción de 
guerra, sin piernas unos y otros sin brazos, sin tener auxilios ni 
recursos  para  remediar  sus  dolencias. De  esta  clase  era  esta 
mujer.    Finalmente  la  Sala  se  expidió  en  una escueta resolución:
 “Julio 18 de 1828. Acordado: Se concede a la suplicante el sueldo de 
Capitán de Infantería, que se le abonará desde el 15 de marzo de 1827”. 
En la realidad se tradujo a treinta míseros pesos mensuales. En 1829, 
Rosas la integró a la Plana Inactiva con el grado de Sargento Mayor, por
 lo que ella cambió su nombre a Mercedes Rosas, figurando así en la 
revista de grados militares hasta su muerte acaecida el 8 de noviembre 
de 1847.
Juan Bautista Cabral
Juan  Bautista  Cabral  nació  en  Saladas  provincia  de  Corrientes
  en  1789.  Era  hijo  de  los  africanos esclavizados  José  Jacinto  
Cabral  (algunos  historiadores  lo mencionan  como  indio Guaraní)  y  
Carmen Robledo, nacida en Angola.   Esclavizado él  también desde  su 
nacimiento, ya que aconteció  antes de  la “libertad de vientres”.
En  1807,  cuando  ocurrieron  las  invasiones  inglesas,  Juan  
Bautista  se  hallaba  en  Buenos Aires.  La fuente utilizada para 
confirmar esta declaración es una carta suya del 19 de agosto de ese año
 dirigida a Don Luis Cabral, “su amo”. En ella da cuenta de haberse 
salvado milagrosamente de ser degollado por los ingleses. Finalmente le 
pide autorización para regresar a Corrientes y  le es concedido el 
permiso.
Vivió  seis  años más  en  Salada,  hasta  que  en  1812  fue  
reclutado  por  el  Gobernador  de  Corrientes, Toribio Luzuriaga en  
las Milicias de Voluntarios de Caballería de Don Juan Bautista Parret y 
Figueroa.  Desde allí, después de cuatro días de viajar a pie  llegaron a
 Santa Fe, donde continuaron su  itinerario a caballo hasta Buenos 
Aires.
Originalmente el contingente estaba  integrado por setenta y dos 
correntinos, pero arribaron al Cuartel del Retiro, en Buenos Aires, 
solamente cincuenta hombres. El día de llegada, 19 de Noviembre de 1812,
 es  la  fecha  oficial  de  la  incorporación  de  Juan  Bautista  
Cabral  al  Regimiento  de  Granaderos,  donde inmediatamente, al igual 
que sus compañeros, fue sometido a instrucción militar.
El 3 de Febrero de 1813, en la Batalla de San Lorenzo, acontecida 
junto al Convento de San Carlos de Borromeo, en la provincia de Santa 
Fe, una bala de cañón impactó en el caballo del General San Martín. 
El  animal  cayó muerto,  aplastando  la  pierna  derecha  del 
General.   Un  soldado  realista  se  preparó  para matar a San Martín 
con su bayoneta por la espalda.
El Granadero  Juan Bautista Cabral  se  arrojó del  caballo  al ver  a
  su  jefe  en  tan difícil  situación,  con intención de socorrerlo,  
pero fue baleado. Cabral continuó corriendo a pesar de todo y llegó a 
tiempo para liberar al General San Martín de  la opresión que el cuerpo 
muerto de su caballo ejercía sobre su pierna, manteniéndolo inmóvil e 
indefenso. Ese día, a los 23 años,  el soldado Cabral perdió su vida.
Algunos historiadores consideran que el grado de Sargento  le  fue 
dado por San Martín post mortem. Oficialmente sus últimas palabras 
fueron: Muero contento, mi General, hemos batido al enemigo. Los 
historiadores argentinos Tulio Halperín Donghi y Norberto Galasso  sin 
embargo, consideran que las  últimas  palabras  de  Juan Bautista Cabral
    fueron  dichas  en  su  lengua,  el  guaraní: Muero  contento porque
 cagamos a esas mierdas.
Fermín Gayoso  –  (El primer pintor porteño)
Nació  en  Buenos  Aires  en  1782.  Su madre  fue  una  africana  
esclavizada  y  su  padre  español.    Fue esclavo  del  Brigadier  
General  Juan Martín  de  Pueyrredón.  Desde  1790  vivió  en  la  
casona  de  estilo pompeyano construida por    la  familia Pueyrredón en
 un poblado que comenzó a crecer ese mismo año alrededor de la Capilla 
(con el tiempo se convertiría en la ciudad de San Isidro).
Se cree que Fermín Gayoso se familiarizó con  el oficio de pintor en 
la Capilla de San Isidro, retocando santos  y  restaurando  pinturas  
religiosas.    En  esa  época  los  esclavos  eran  muy  demandados  por
  los españoles para suplir las necesidades domésticas y ejercer las 
artes mecánicas. Pero a pesar de que se los necesitaba en los talleres y
 se les enseñaba el oficio, tenían prohibido recibir una educación 
formal que les permitiera convertirse en maestros.   Es por esa  razón 
que se concluye que Fermín Gayoso  fue un artista autodidacta. 
En  1799,  cuando  Gayoso  tenía  17  años,  el  General Manuel  
Belgrano  creó  la  primera  escuela  de enseñanza de dibujo, a la que 
tampoco pudo concurrir por su condición de esclavo.
En 1806  se produjeron  las  Invasiones  Inglesas. Como  en  
Inglaterra desde  1789  existía una corriente que propugnaba por  la 
abolición de  la esclavitud, coincidiendo  con  la  llegada de  los  
ingleses a Buenos Aires hubo un levantamiento de esclavos convencidos de
 que la expedición inglesa llegaba principalmente para darles su 
independencia. William Carr Beresford emitió un comunicado a pedido de 
Juan Martín de Pueyrredón,  en  el  que  ordenaba  se  les  hiciera  
entender  a  los  esclavos  que  su  condición  de  tales  no cambiaría.
 Esta medida  impulsó a  los negros a combatir contra  los  ingleses en 
 la reconquista organizada por Juan Martín de Pueyrredón y Fermín Gayoso
 fue incorporado para luchar contra los ingleses en 1806-07. 
El historiador Romualdo Brughetti en su Nueva Historia de  la Pintura
 y  la Escultura en  la Argentina dice:  Lamentablemente  no  existe  
ningún  vestigio  sobre  su  trabajo  pictórico,  pero  si  consideramos
  su condición económica, situación que le imposibilitó obtener estudio 
académico alguno, es fácil imaginar el tipo de  factura de sus retratos,
 es decir muy próximo a  las características de  la pintura popular 
alejada de las normas clásicas.
A  fines  de  1807 Pueyrredón  viaja  a España  como  representante  
de Buenos Aires. Al  año  siguiente, Fermín  Gayoso,  solicita  de  su  
amo  la  libertad  y  éste  le  lleva  a  la  corte  española  a  ese  
fin,  según constancias  del  Archivo  General  de  Indias.  Pero  los  
trámites  no  continuaron.    En  1818  su  fama  era conocida en Buenos
 Aires, denominándolo el primer pintor porteño.
Considerado  un  excelente  pintor,  fue maestro  del  hijo  de  su  
“amo”,  Prilidiano  Pueyrredón. A  él  le enseñó todos sus secretos de  
oficio.  Irónicamente, a partir de 1930 se redescubre la obra de 
Pueyrredón y pasa  a  considerárselo  como  el precursor de    la 
pintura nacional,  indicando    “que  se  formó  en Europa”,  omitiendo 
 mencionar que aprendió a pintar guiado por los conocimientos de un 
hombre esclavizado.  
Fermín Gayoso murió, presumiblemente en Buenos Aires, en 1832.
LORENZO BARCALA 
Nació en la ciudad de Mendoza el 23 de Diciembre de 1795, hijo de 
africanos esclavizados.  Esclavo en  su  niñez,  recibió  –de  acuerdo  
con  la  costumbre  de  la  época-  el  apellido  de  “su  amo”,  
Cristóbal Barcala,  notario  de  gran  prestigio  en  el  Cabildo  de  
Mendoza.  Según  opinión  de  Domingo  Faustino Sarmiento,  Lorenzo  
Barcala  mostró  desde  su  niñez  una  inteligencia  excepcional:  
“Leía  y  escribía  y criado al  lado de sus amos, en contacto con 
ellos, oyéndoles sus conversaciones, había completado una educación  
suficiente para que el genio de que  la naturaleza  lo había dotado,  se
  revelase en  la primera oportunidad”.
En 1815 se alistó como soldado  raso en el batallón de Cívicos Pardos
 de Mendoza,  tenía 25 años de edad y deseaba acompañar al General José 
de San Martín en el cruce de los Andes y éste lo colocó como instructor 
de reclutas con el grado de Sargento Primero, a cargo de organizar, 
instruir y disciplinar varios regimientos. Al poco  tiempo, debido a  la
 excelencia de su  labor, el Coronel José Bruno Morón,  jefe del 
ejército,  lo  promovió  a  la  clase  de Alférez.   En  1821,  por  su 
 conducta  heroica  en  la  guerra  contra  las fuerzas montoneras del 
chileno José Miguel Carrera, Morón lo promocionó a Capitán y lo premió 
con un escudo de honor  por su comportamiento.
En 1824 ya era  segundo Comandante de Granaderos.   En 1827  
intervino en el  ataque a  la Punta del Este  bajo  el  comando  del  
Coronel  Thompson.    Este  sugirió  al  General  Lavalle  el  
nombramiento  del Sargento Mayor de Ingenieros a Lorenzo Barcala, para 
desempeñarse en el cuerpo del ejército Cuarto de Cazadores, debido a 
“sus bellas cualidades”. Sarmiento destaca que “Barcala en la guerra con
 el imperio del Brasil se cubrió de gloria”.
En  1825  se  casó  con  Petronila Videla,  una  liberta  de  su  
antigua  patrona  (María  Lorenzo Videla  de Barcala) y con ella tuvo 
seis hijos.
Según el historiador José Luis Lanuza, el comerciante  inglés Samuel 
Haigh se asombró de ver en un baile  ofrecido  en  la mansión  del  
gobernador  de Mendoza  a  un General  negro  y  lo  describe  así  en  
sus memorias:  “Era un africano alto, vigoroso, jetudo, motoso.  Vestía 
de General con una linda chaqueta de paño azul bordada con hojas de 
roble doradas, faja blanca y roja de seda y dos enormes charreteras de 
oro.  También usaba espuelas del mismo metal con bombacha blanca, 
galoneada a la turca…”.
Durante 16 años participó en numerosas batallas siempre revistiendo 
un alto rango,  y desde 1831 fue Edecán de Facundo Quiroga. El 17 de 
enero de 1834 es dado de alta de la Plana Mayor del Ejército de la 
Provincia de Buenos Aires, donde revistó hasta julio de 1835. Se retiró a
 San Juan a vivir con su esposa y sus hijos hasta que ocurrió el crimen 
de Barranca Yaco, quedando la provincia a merced de las iras de José 
Felix Aldao “el fraile”. Barcala ideó un plan para deponer a Aldao, 
quien esclavizaba su provincia natal, Mendoza.  Envió una carta a su 
amigo el Capitán José María Molina (un negro liberto hijo de un esclavo 
de Pedro Molina, gobernador de Mendoza). Pero la carta llegó a Pedro 
Molina, quien lo delató ante Aldao.  Después de un proceso instruido en 
sólo 24 horas, Lorenzo Barcala fue fusilado el 1 de agosto de 1835 por 
las órdenes de Aldao.  Tenía sólo 40 años.
Federico Espinosa 
Nació  en  Buenos  Aires  el  6  de  octubre  de  1820.    Este  gran
  maestro  afro  porteño aprendió  piano  de  su  tío,  el  conocido  
profesor  de  la  época,  Tiburcio  Silbarrios.
Rápidamente pudo él mismo dedicarse a impartir lecciones de ese 
instrumento, debido a sus extraordinarias dotes y a las recomendaciones 
de su tío.      Espinosa  no  fue  solamente  un  gran  pianista,  sino 
 que  también  fue  un  brillante compositor,  autor  de  numerosas  
piezas,  con  las  que  se  ganó  el merecido  apodo  de    “El Strauss 
Argentino”. Su  trabajo fue  tocar el piano en  los salones porteños y 
en el Club del Progreso,  actividad  que  le  valió  un  lugar  de  
privilegio  en  la  sociedad  porteña, convirtiéndose desde el año 1845 
en la figura musical más destacada de Buenos Aires.
Cuando  en  1855  el  virtuoso  pianista  suizo  Segismundo  Thalberg
  dio  una  serie  de conciertos en Buenos Aires, personalmente alabó  
los méritos del pianista afro argentino y trató de llevarlo a Europa.
En  1852  participó  en  la  defensa  del  sitio  de  Buenos  Aires  
en  apoyo  del  gobernador Alsina, contra  la  rebelión del general 
Hilario Lagos.   En 1858 ejecutó obras en órgano  y piano  en  el  
antiguo Teatro Colón  de Buenos Aires.   También  se  presentó  en  el 
Salón  el Recreo, donde, al compás de su música se proyectaban  luces 
con una  linterna mágica. En 1859 el músico adquirió ese tradicional 
lugar porteño.
En 1859 estuvo presente en la Guardia Nacional en la revolución del 
11 de septiembre. Ese mismo  año  cumplió  la  larga  campaña  al 
Paraguay  en  calidad de Guardia Nacional  y como ayudante de los 
Coroneles afro argentinos Domingo Sosa y José María Morales, que eran 
expertos en armas y música.  Numerosas veces este trío levantó la moral y
 el hastío de la tropa ejecutando obras compuestas por Federico Espinosa
 en un armonio transportable.
Al  volver  de  la  guerra,  en  1870,  se  dedicó  nuevamente  a  la
  enseñanza  y  a  la composición de marchas y polcas militares. Este 
gran maestro falleció en Buenos Aires el 31 de mayo de 1872.
Casildo Gervasio Thompson 
Nació  en Buenos Aires  en  1856,  pero  la  fecha  exacta  se  
desconoce. Hijo  del  capitán Casildo  Thompson  (1826-1873),  quien  
fuera  también,  poeta,  músico,  compositor  y fundador, junto a otros 
afroporteños, de la sociedad benéfica La Fraternal, en Buenos Aires.    
   Realizó la carrera militar llegando al mismo grado que su padre.
Fue uno de los mayores defensores de la raza negra en Argentina. En 
su poema “Canto al África” evocó las crueldades del tráfico de esclavos.
 Mostró al negro como miembro de una  raza  noble  y  distinguida.  
Invirtiendo  los  tradicionales  estereotipos  raciales  en  la 
Argentina, presentó  al blanco  como  el  salvaje,  la  fiera 
destructora de  familias negras. Es considerado  como  uno  de  los 
mayores  poetas  afro  argentinos.  Su  obra más  destacada  es “Canto 
al África”, escrito en marzo de 1878  fue  leída por primera vez en 
público el 1 de abril de ese mismo año en una conferencia en la Sociedad
 Fomento de las Bellas Artes en Buenos Aires.
Como militar, participó en diversas luchas internas del país, siendo 
destacada su acción militar en los sucesos de la Revolución mitrista de 
1874; en la defensa de Buenos Aires de 1880 y en la Revolución radical 
de 1890.
Estudió en el Conservatorio Musical de  la Provincia de Buenos Aires y
 obtuvo varios premios  por  sus  composiciones musicales  de  carácter 
 religioso.  Se  distinguió,  a  su  vez, como hombre de fluida 
vertiente poética que supo lograr el aplauso popular en sus payadas. Se 
 lo  reconocía  en  los  encuentros  populares  por  pulsar  una  
guitarra  adornada  con  largas cintas  de  los  colores  patrios.  
Además  de  sus  condiciones  como  guitarrista,  también  era pianista y
 poeta, siempre autodidacta, creador e improvisador.
Thompson  contó  con  la  colaboración  literaria  de  varios  
destacados  escritores contemporáneos.  Algunos  escritores  consideran 
 que  de  él  aprendió  mucho  su  amigo inseparable, el payador afro 
argentino Gabino Ezeiza.  Casildo Thompson murió en Buenos Aires el 25 
de mayo de 1928.
Eugenio Sar 
Este mecenas humanitario nació en Buenos Aires en el año 1828.  
Eugenio Sar fue un obrero humilde y abnegado y, más que nada un 
filántropo, porque trabajó por el bienestar social de sus hermanos de 
raza.  Durante  su  vida  buscó  y  halló  los medios  para  disminuir  
la  indigencia,  la  ruindad  y  los  padecimientos existentes en el 
medio social que los africanos y afro descendientes vivían en Buenos 
Aires. 
El  15  de  julio  de  1877  fundó  en Buenos Aires,    junto  con  
otros  diez  afros  porteños  la Sociedad  de Socorros Mutuos que se 
llamó “La Protectora”. Sar fue el primer presidente de esta sociedad que
 contaba con  treinta  socios  considerados  “fundadores. Al  año  
siguiente  de  su  fundación,  los  socios  ya  se  habían duplicado,  
incorporando además veinticinco miembros honorarios. En ese mismo año,  
se mudaron a un local más  grande,  ubicado  en  la  calle  Piedad  (hoy
 Bartolomé Mitre),  entre Talcahuano  y Uruguay. En enero de 1881  
comenzaron  a  editar una hoja periódica  titulada  “La Protectora”,  
con noticias de  interés para los lectores e instalaron una biblioteca 
pública en su sede.
Sar  también  ideó un estandarte para ser usado en  los actos de  la 
Sociedad. El mismo consistía en un estandarte rojo con un símbolo 
masónico en su centro.
Realizó  numerosos  viajes  a  Europa  y  los  Estados  Unidos,  con 
 el  objetivo  de  estudiar  el  progreso alcanzado en esos lugares y 
ver de qué manera se resolvían los problemas de las necesidades urgentes
 de las masas de  trabajadores que por  falta  total de vigor  físico  y
 por problemas de  salud,  sucumbían en  la miseria.
Empleó, en la fundación La Protectora, además de sus dones 
espirituales, todos sus ahorros, para evitar, por medio  de  la  unión, 
 las  desgracias  de  aquellos  individuos  que  carecían  de  recursos 
 y  padecían  de enfermedades.
Eugenio Sar murió el 9 de noviembre de 1882. Antes de fallecer había 
comprado y donado un terreno en el Cementerio de La Recoleta, que  fue  
  inaugurado como panteón el 28 de octubre de 1883, bajo  la presidencia
 de Tomás B. Platero, siendo padrinos el Dr. Bernardo de Irigoyen, por 
entonces ministro del Interior y  la señora Carmen Alvear de Benítez, 
con  la presencia del  intendente Torcuato de Alvear y de más de 300 
afro-argentinos.
Manuel G. Posadas
Este periodista argentino de origen africano nació en Buenos Aires el
 18 de Octubre de 1841. Sentía una gran admiración por la música, por 
eso desde su adolescencia concurrió a cursos regulares de música 
impartidos por el destacado profesor Silveira.
En junio de 1863 se incorporó como voluntario a la campaña del 
Paraguay, enlistándose en el segundo batallón del regimiento 3, al mando
 del coronel afro argentino José María Morales. Al poco tiempo de su 
ingreso a las filas, debido a su conducta intachable y la idoneidad 
demostrada, se le concedió el rango de sargento. Como consecuencia de 
una dolencia crónica que empeoró por los cambios del clima, se vio 
obligado por diagnóstico médico a regresar a Buenos Aires.
Se casó con la afro porteña Emilia Smith, con quien tuvo a Carlos, 
Manuel (estos dos se destacaron en la música) y Luis María Posadas.
La lucha política al final de la presidencia de Sarmiento, entre 
Nicolás Avellaneda y el general Bartolomé Mitre desembocó en la 
revolución de 1874 que estalló en la provincia de Buenos Aires y en el 
interior fue derrotada por el poder de las armas y Mitre junto con otros
 jefes fue juzgado y encarcelado. En este entorno histórico se abocó de 
lleno al periodismo, poniendo su pluma al servicio de Mitre. Él mismo 
presenció el descalabro del partido liberal, ya que actuó en el ejército
 del general Bartolomé Mitre como capitán de las Guardias Nacionales. La
 derrota en La Verde abrió camino a la presidencia de Avellaneda. 
Una vez pacificado el país, Posadas continuó estudiando música y 
escribiendo para diversos diarios y revistas. Como violinista actuó en 
varias oportunidades en los teatros Colón y en el Teatro Ópera. En la 
revolución de 1880 también estuvo presente, esta vez junto a su amigo el
 coronel Morales en los combates librados en los puentes de Barracas y 
Alsina, debido a su heroica participación fue ascendido a mayor. 
Finalizados estos eventos, volvió por entero al periodismo, fundando 
periódicos. Dirigió El Eco Artístico y fue colaborador del diario La 
Nación, con cuyas ideas liberales y democráticas estaba de acuerdo.
En la revolución de 1890 contra Juárez Celman, Posadas volvió a 
empuñar el fusil junto con la pluma, apoyando a las masas, al foro y a 
la tribuna contra el adversario.
Murió en Buenos Aires el 13 de marzo de 1897.
Horacio Mendizábal
Nació en Buenos Aires en 1847 y como muchos afro argentinos, se 
distinguió por sus logros en las letras. En sus poemas se agitan dolores
 y angustias, que brotan clamando justicia, igualdad y amor. Esa 
aspiración de igualdad de Horacio Mendizábal, espíritu humano, da 
perennidad a su obra.
A los 18 años de edad publicó su primer libro de poemas, Primeros 
Versos, pero su obra más importante fue Horas de Meditación publicado en
 La Plata en 1869.
El escritor afro argentino Jorge Miguel Ford, en su libro 
“Beneméritos de mi Estirpe”, publicado en Buenos Aires en 1889, dice de 
la poesía de Mendizábal: “no fue un ilusionista, pero tampoco fue un 
escéptico, alimentaba la creencia de que su credo sublime, la unión 
humana, en no lejano día, apartando los escollos que la interceptaban, 
podría llegar a ser una realidad”.
Se casó con Petrona Escalada y en 1868 nació su hijo, el célebre músico y compositor Rosendo Mendizábal.
En 1871 ofreció sus servicios personales para atender a las víctimas 
de la fiebre amarilla, prestando de este modo un gran servicio a la 
población de Buenos Aires. Asistió a los enfermos del temible mal sin 
preocuparse por su vida, y por tan meritoria iniciativa fue designado 
secretario de la Junta Popular que presidió el Dr. Roque Pérez.
Este joven poeta y filántropo murió víctima del contagio a los 24 años 
de edad, dejando huérfanos a Rosendo que tenía sólo tres años y a Sergio
Froilán Bello
Nació en la localidad bonaerense de San Isidro, el 9 de octubre de 
1852 en el seno de una familia afro argentina. Desde muy chico vivió en 
la ciudad de Buenos Aires. Fue escritor, poeta y periodista.
En 1884, fundó la revista, ‘El Eco Artístico’, y el poema del mismo 
nombre fue publicado en la misma. También miembro de la Sociedad de 
Animales Raro, formada en 1881, la única entidad afro porteña formada en
 esta época. Aunque los miembros de la sociedad operaron de manera 
secreta con uso de seudónimos, una nota del año 1882 reveló el nombre de
 Bello y cuatro de sus compañeros.
Este afro argentino fue uno de los tantos hombres de letras que 
enriqueció el periodismo de su tiempo. Tras un tímido despegue en 1858, 
la prensa negra conoció un florecimiento en la década de 1870 para luego
 ir desapareciendo en la década de 1880. Sin embargo la existencia de 
estos activos periódicos se erige como obvia evidencia de la continuada 
existencia y la vitalidad de la comunidad negra.
Bello sentía orgullo de sus orígenes, como lo manifiesta en esta frase publicada en La Perla, que data del 6 de octubre de 1878: “[...] amo a mi sangre como a 
mi patria, y creo que buscando la dignidad de una encontraré la grandeza
 de la otra”.
Entre las numerosas notas a diferentes periódicos afro porteños, está
 la que escribió a la Cofradía religiosa afro argentina La Hermandad del
 Rosario (que contaba con ciento ocho miembros y tenía su sede en la 
Iglesia de Santo Domingo) con motivo de la inauguración del Panteón de 
dicha Hermandad en el Cementerio de la Recoleta (a continuación un 
párrafo de la misma):
Indudablemente los hermanos piadosos del Santísimo Rosario deben 
estar satisfechos y orgullosos con la fiesta acontecida el domingo 
pasado con motivo de la inauguración del sagrado panteón que ha de 
guardar sus días después de su vida sobre la tierra.
Y a la verdad, es un hecho que enaltece y honra gloriosamente a la 
religiosa institución que nos legaron nuestros antecesores como un 
recuerdo de su era reaccionaria después de sacudido el yugo ignominioso 
de la humillante esclavitud. 
Froilán Plácido Bello falleció el 15 de noviembre de 1893.
Zenón Rolón
Nació en Buenos Aires el 25 de junio de 1856 en el seno de una 
familia de negros libres y con cierto bienestar económico. Comenzó a 
estudiar música con Alfredo Quiroga, negro organista de la Iglesia de la
 Merced. En 1873, con apenas 17 años de edad, fue becado a Florencia 
para perfeccionarse, donde estuvo hasta 1879.
En 1877 publicó el folleto Dos palabras a mis hermanos de casta. Al 
enviarlo a Buenos Aires lo reprodujo el periódico afro porteño La 
Juventud y fue severamente criticado, aunque la opinión de sus hermanos 
cambió favorablemente a su regreso. Ya en Buenos Aires, continuó 
perfeccionándose con Basilio Basili y compuso, entre otras obras, su 
Gran marcha fúnebre, la que se interpretó al repatriarse los restos del 
general don José de San Martín, en 1880.
Se casó con María Quiroga, hermana de su primer maestro, y tuvieron dos hijos, Dafne y Cloe.
Su carrera musical fue próspera y reconocida. En 1881 instaló la 
imprenta de música Rolón y Oca, donde publicó composiciones suyas y de 
argentinos contemporáneos. En 1887 fue nombrado profesor de música por 
el Consejo Nacional de Educación y tuvo entre sus discípulos a Justin 
Clérice, Antonio Restano, Prudencio R. Denís y Enrique García Velloso.
Su producción musical aún no fue estudiada en su integridad ni con la
 debida atención, aunque no se vaciló en vincularla con los cánones 
europeos. Sin embargo, avances parciales permiten aseverar otras fuentes
 inspirativas, como la música criolla e, incluso, afroporteña. Su 
catálogo comprende 68 obras, entre ellas la Música sacra por la Semana 
Santa (1893), la Sinfonía originale (1879), la Marcha a Falucho (s/a), 
el famoso Himno a Sarmiento (1899), entre otros, y el Kyrie (1902), 
quizás su última obra.
Desde 1880 hasta 1900 condujo regularmente conciertos en el Jardín Florida y el Hotel La Delicia en Adrogué.
Falleció en Morón (provincia de Buenos Aires) el 13 de mayo de 1902 y
 fue enterrado en el Cementerio de la Recoleta, Buenos Aires. Gran parte
 de sus manuscritos fueron luego donados por sus hijos al Museo 
Histórico de Morón, donde permanecen actualmente. Algunos de sus 
estudios también se encuentran en el Instituto Nacional de Estudios de 
Teatro en Buenos Aires.
Tomás Braulio Platero
Platero, hijo de esclavizados, nació en Buenos Aires en 1857. Según 
Coria (1997), fue un destacado personaje de ascendencia africana que 
logró superar los prejuicios sociales y se recibió de escribano en 1882.
En La Plata, la nueva capital provincial, se instaló, abrió su 
estudio y por muchos años ejerció su profesión liberal logrando, por su 
corrección y limpieza de procederes, ganar el respeto y la amistad de 
los principales personajes de la política provincial y nacional que 
fueron sus contemporáneos.
Fue uno de los fundadores de la Unión Cívica Radical de La Plata, 
figurando entre las autoridades del primer comité. Seguidor, primero, de
 Leandro N. Alem, y más tarde de Hipólito Yrigoyen. También fue uno de 
los profesionales fundadores del Colegio de Escribanos de La Plata, 
Presidente de la Sociedad Cooperativa de Electricidad y fundador, luego 
presidente, de la Sociedad Nacional de Socorros Mutuos La Protectora.
Según su nieto, el historiador afro-argentino contemporáneo, Tomás 
Platero: En 1877, Don Eugenio Sar y mi abuelo, Tomás Braulio Platero, 
fundaron la sociedad de socorros mutuos La Protectora, la primera mutual
 de la Argentina, responsable de impulsar la llegada al país de negros 
norteamericanos. Y junto a ellos crearon la sociedad de estibadores del 
puerto, la primera entidad gremial constituida en el país.
Bajo su presidencia, la Sociedad La Protectora inauguró, el 28 de 
octubre de 1883, un panteón en la Recoleta, siendo padrinos el Dr. 
Bernardo de Irigoyen, por entonces ministro del Interior y la señora 
Carmen Alvear de Benítez, con la presencia del intendente Torcuato de 
Alvear y de más de trescientos afro-argentinos. El terreno había sido 
comprado y donado por Eugenio Sar poco antes de morir. 
Falleció en la ciudad de La Plata el 17 de febrero de 1925. A su 
funeral asistieron el gobernador de Buenos Aires José Luis Cantilo, el 
intendente Morales, Federico Zelarrayán, con las condolencias de 
Hipólito Yrigoyen, y números autoridades de la Unión Cívica Radical.
Gabino Ezeiza
Gabino Ezeiza fue un músico y payador afro argentino que nació en el 
barrio de San Telmo el 3 de febrero de 1858. Apodado el “Negro Ezeiza” 
algunos también lo llamaron el “trovador de la pampa” y se lo considera 
el trovador más famoso de Argentina y Uruguay. Su maestro en la payada 
también fue un afro porteño: Pancho Luna.
Gabino Ezeiza debutó como payador a los 14 años, a los 15 años dejó 
su casa y antes de sus 20 años ya contaba con cierta fama. Se cree que 
contaba con más de 500 composiciones utilizadas en sus presentaciones. 
Recopiló sus versos en el folleto “Canto a la Patria”.
Sus contrapuntos se hicieron famosos y se recuerda el sostenido el 23
 de julio de 1884 en el Teatro Artigas de Montevideo con el cantor 
oriental Juan de Nava presenciado por un numeroso auditorio. En tal 
encuentro Ezeiza improvisó allí la que sería la popular canción Heroico 
Paysandú, con la cual derrotó a Nava, convirtiéndose en uno de los 
payadores más importantes de la historia. El día 23 de julio ha sido 
declarado “Día del Payador” en todo el territorio de la República 
Argentina en honor a ese histórico contrapunto. Se considera que Ezeiza 
fue quien introdujo el ritmo de milonga en la payada. Él afirmaba que la
 milonga (campera) proviene del candombe afro argentino, el cual se 
formó a partir de viejos ritmos africanos. Gabino contrajo nupcias en 
1895 con Petrona Peñaloza, bisnieta del caudillo Ángel Vicente “chacho” 
Peñaloza. Gabino tuvo seis hijos: Fortuna, Ernesto, Álvaro Ernesto, 
Miguel, Ignacio y Diana. Se dice que Pancho Luna, otro afroargentino 
payador y propietario de una pulpería quien le dio lo que sería una de 
sus primeras guitarras.
Gardel y Razzano lo conocieron en comités políticos y se sabe que se 
reunieron numerosas veces en el famoso café Los Angelitos. A su muerte, 
el dúo cantó en homenaje a Gabino Ezeiza “Heroico Paysandú”, que más 
tarde Carlos Gardel grabó con una compañía discográfica.
Falleció a los 58 años, el 12 de Octubre de 1916 en su casa del 
barrio de Flores. Allí, en Azul 92, hay una placa en su honor que lo 
recuerda. Tras  su muerte, su amigo, el payador afro argentino, Juan 
Damilano
heredó su guitarra.
Horacio salgán
Nació en Buenos Aires el 15 de julio de 1916 en las cercanías del 
Mercado de Abasto. Es un compositor y músico afro argentino de familia 
humilde. Sin embargo, su madre lo llevaba al teatro Colón para que, 
desde el paraíso de dicho teatro, pudiera escuchar Ópera.
Estudió con maestros como Vicente Scaramuzza, Raúl Spivak y Alejandro
 Borosky. Entró en el Conservatorio Municipal, donde ya a los 13 años 
fue destacado como el mejor alumno de la institución. Allí estudió la 
música clásica, aunque tenía un fuerte interés en el jazz, la música 
folklórica, y la música brasileña. 
A los 14 años comenzó a trabajar tocando música en los cines donde se
 proyectaban las películas que por aquel entonces eran mudas. Así 
comenzó su carrera profesional, y, siendo aún un adolescente, tocó en el
 café, „El Gato Negro.‟ También formó parte de varias orquestas para 
eventos particulares, y fue organista en la Iglesia de San Antonio en 
Villa Devoto. A los 18 comenzó su larga carrera en la radio, como 
solista en Radio Belgrano. También acompañaba con su piano a conjuntos 
que lo necesitaban. Más adelante, se juntó como organista con un trío 
con Carlos García y Bernardo Stalmann en Radio El Mundo. Formó parte de 
la orquestra de Juan Puey, y a los 20 años fue invitado a juntarse con 
la orquestra de Roberto Firpo. Ese mismo año fue contratado por Miguel 
Caló para hacer su primer arreglo del tango “Los Indios” de Francisco 
Canaro. Formó parte de la orquesta de Alberto Cima.
En 1942 realizó su primera grabación, con el apoyo de la compañía 
Simar. Entre 1944 y 1947 dirigió su primera orquesta de tango, en la 
que, según los críticos se notaba la influencia del el jazz y la música 
brasileña. Este estilo innovador, no fue bien recibido por Radio 
Belgrano ni por el sello discográfico, por lo tanto no hubo grabaciones y
 al poco tiempo se separaron.
Salgán se dedicó a la enseñanza y la composición durante algunos 
años, hasta que en 1950 regresó con un nuevo conjunto con el que tuvo 
mucho éxito y además de numerosas giras y presentaciones, grabó con los 
sellos RCA Víctor, la casa TK, y AntarTelefunken. En 1947 comenzó una 
amistad importante con el guitarrista Ubaldo de Lío y se convirtieron en
 uno de los dúos más significativos en la historia del tango.
Al principio de los ‟60 formó parte del nuevo grupo „Quinteto Real,‟ 
cuyo éxito alcanzó reconocimiento internacional y duró una década. Al 
final de esos años fundó el Instituto de Estudios Musicales con Dante 
Amicarelli, con quien grabó “Dos virtuosos del piano” y “El bosque 
mágico” bajo el sello de Phillips. Al principio de los ‟70, tocó en 
sitios tan conocidos como Lincoln Center en Nueva York y el Teatro Colón
 en Buenos Aires. En los „80, volvió a tocar con Edmundo Rivero, quien 
había sido el cantante en su primera orquesta. También trabajó con otros
 músicos, entre ellos Roberto Goyeneche y Horacio Deval. 
A lo largo de su carrera, Salgán compuso y arregló aproximadamente 
400 obras. En 2005 le otorgaron el Premio Konex en reconocimiento a su 
contribución a la música de Argentina.
Rita Montero
La actriz, vedette y cantante argentina Rita Montero nació en Buenos 
Aires el 4 de Mayo de 1928, en el seno de una familia de clase media. 
Era descendiente de africanos esclavizados que fueron traidos a la 
Argentina por Guillermo Brown en el siglo XIX. Sus padres fueron Severo 
Miguel Montero y Zelmira Oturbé, y ella era la hija menor de cinco 
hermanos.
Su primera actuación fue mientras cursaba la escuela primaria, en La 
venganza de las mariposas, obra teatral presentada por la primera 
Compañía de Teatro Infantil, de la directora, profesora y actriz 
Angelina Pagano.
Debutó como actriz profesional en la década de los 40, poco antes de 
cumplir 18 años, y en los diarios de la época publicaron “una morena 
aparece en el teatro porteño”. 
Estudió canto con la cantante lírica italiana María Naftri. 
Interpretó tangos, jazz y música tropical y melódica. En 1961 grabó un 
disco con la orquesta de Carlos García en la compañía RCA Víctor. En el 
2003 grabó Tangos de piel morena con Juan Pugliese. Junto a su cuñada 
Orfilia del Carmen Rivero y su hermano “Soti” formaron un popular grupo 
de jazz llamado Los Diamantes Negros. Fue lady crooner de la orquesta de
 Barry Moral y de la Jazz Casino de Tito Alberti así como compañera de 
escenario de Oscar Alemán. 
Silvina Heguy escribió: “Rita Montero creció escuchando el tango en 
los corralones de Buenos Aires. Su padre le pedía que los cantara, pero 
ella prefería cantar boleros o spirituals subida a los escenarios de un 
Buenos Aires que se había convertido en pista de andanzas de hombres con
 camisas de seda blanca que acostumbraban regalar diamantes para 
cortejar a las damas”. “El tango estaba en su destino, llegó finalmente a
 él acompañada por la orquesta de Juan de Dios Filiberto, con un 
repertorio elegido entre compositores también de piel oscura entre los 
que estaban los hermanos Posadas”.
Desde 1943 hasta 1955 actuó en varias películas filmadas en la época 
dorada de la cinematografía argentina, junto a importantes figuras de la
 escena nacional. Debido a sus bellos rasgos exóticos y su impactante 
figura, fue primera vedette en varias compañías revisteriles, con las 
que recorrió Asia, Europa y América. 
Falleció en Avellaneda, Provincia de Buenos Aires el 27 de junio de 2013.
Enrique Elías Nadal
Nació el 5 de Septiembre de 1935 en Buenos Aires, descendiente de 
africanos esclavizados que llegaron a la Argentina desde Angola a 
principios del siglo XIX. Se casó con la antropóloga Susana Salzamendi, 
con quien tuvo tres hijos: Fidel, Almícar y Camila. 
Enrique Nadal fue, además de cineasta, un gran luchador por la 
reivindicación de los derechos de los afro-argentinos. Militante desde 
los años setenta, y por esa razón, en 1976 en plena época de la 
dictadura militar, tuvo que exiliarse en Suecia.
Con motivo del proceso de democratización en Argentina iniciado en el
 año 1983, hubo transformaciones sociopolíticas que propiciaron el 
regreso de Nadal ese mismo año. Fiel al activismo que lo caracterizó, ya
 en el año 1985 se paraba en diferentes esquinas del centro de Buenos 
Aires con una fotografía de Nelson Mandela y recolectaba firmas para su 
liberación.
En 1986, creó el Comité Argentino y Latinoamericano Contra el 
Apartheid, un espacio en el que comenzaron a militar políticamente 
algunos afrodescendientes argentinos. Indudablemente Nadal y su lucha 
contra el racismo fue el nexo entre dos (hoy reconocidas activistas) que
 militaban en el Comité. Ellas son Miriam Victoria Gómez (quien más 
tarde fue durante dos diferentes períodos la presidente de Asociación 
Caboverdeana de Dock Sud) y Lucía Dominga Molina (quien creó, en 1988, 
la Casa de la Cultura Indo-Afro-Americana de Santa Fé) entidad que 
preside y que continúa luchando por rescatar, defender, desarrollar y 
difundir la valorización de las raíces culturales de los pueblos 
originarios y afro-americanos. 
En 1990, participó, junto con Gómez y Molina, en un encuentro de 
Entidades Negras del Cono Sur en Montevideo (Uruguay) y planificó con 
ellas, acciones conjuntas para la lucha contra el racismo. En 1991 
participó en las Primeras Jornadas de Cultura Negra y en 1993 participó 
en las Segundas Jornadas, organizadas por la Casa de la Cultura 
Indo-Afro-Americana y la Universidad Nacional del Litoral con la 
Subsecretaria de Cultura de la Municipalidad y la Provincia de Santa Fe.
En 1994, como miembro del Comité Argentino y Latinoamericano Contra 
el Apartheid, fue observador en las primeras elecciones por sufragio 
universal de Sudáfrica, donde el líder Nelson Mandela fue electo, 
convirtiéndose así en el primer presidente negro de ese país.
En Diciembre de ese mismo año, participó del Primer Seminario 
Continental Sobre Racismo y Xenofobia, un Programa de Desarrollo para 
los Afroamericanos en Montevideo, Uruguay. Allí se llegó a la conclusión
 de la necesidad imprescindible de reunificar al pueblo Afro, para poder
 trabajar conjuntamente a favor de los derechos de los pueblos 
afro-americanos. Nadal fue entonces, uno de los fundadores de la Red 
Continental de Organizaciones Afro.
En 2005, fue homenajeado en el marco del Congreso Internacional “El 
Status de las Comunidades Afro-latinas en las Américas” realizado en 
Buenos Aires. En Noviembre de 2007 recibió otro homenaje en el Mes de la
 Cultura Afro-argentina, organizado por el INADI y la Secretaria de 
Cultura de la Nación con la colaboración del gobierno de la República de
 Angola. 
Enrique Nadal falleció en Buenos Aires, el 26 de Diciembre de 2008.
Fidel Ernesto Nadal
Es un prolífico músico, compositor y cantor que nació en Buenos Aires
 el 4 de Octubre de 1965. Hijo de la antropóloga Susana Salzamendi y del
 cineasta Enrique Nadal, quien fuera un luchador por la reivindicación 
de los derechos de los afro-argentinos.
Sus primeras influencias musicales fueron de los músicos de blues y 
jazz que escuchaban sus padres en su hogar, y luego la música reggae y 
los ritmos afro-argentinos. Otra fuente de inspiración musical y también
 espiritual fue la del músico jamaiquino Bob Marley, ya que gracias a 
las letras de sus canciones conoció la ideología Rastafari.
Otros referentes son Malcom X a quien considera “un pilar en la lucha
 contra la opresión” y a Haile Selassie (Ras Tafari Makkonen) quien 
fuera el último emperador de Etiopía y quien es considerado por el 
Movimiento Rastafari como el Mesías que llevará al pueblo de África y a 
toda su diáspora a la libertad.
Desde 1985 fue integrante, compositor y la voz de la banda Todos Tus 
Muertos (TTM) que en un principio tuvo un sonido punk que fue derivando 
hacia el reggae y los ritmos afro-latinos, pero siempre con letras sobre
 temas sociales. El grupo produjo ocho álbumes, el último de los cuales 
fue “El camino real” en 1998. Después de su grabación, Fidel quería 
profundizar la cultura Rastafari y el resto de la banda deseaba avanzar 
hacia el punk, por lo tanto se disolvieron.
La banda Lumumba (nombrada en homenaje a Patrice Lumumba (asesinado 
héroe de la independencia del Congo) fue el punto de partida de Fidel 
como cantante solista y fue integrada por su hermano Almícar Nadal y el 
músico Pablo Molina (ex TTM) y por eventuales músicos invitados. Con 
este grupo grabó tres álbumes y terminaron disolviéndose en el año 2000 
debido a la voluntad de sus integrantes de seguir sus carreras 
individualmente.
Así comenzó una nueva etapa como solista y productor, sacando su 
primer material editado por su sello Kdusanbesa “Selassie Dios 
Todopoderoso”. Luego emprendió un largo viaje alrededor del mundo 
grabando y produciendo nuevos y viejos talentos de la música reggae, que
 lanzó por sus distintos sellos internacionalmente.
En junio de 2013 presentó su último álbum “Llegó el momento”, con 
canciones de su autoría, incluyendo música y arreglos, en las que estuvo
 trabajando arduamente durante dos años. Fidel Nadal es quinta 
generación descendiente de esclavos que llegaron desde Angola a la 
Argentina a principios del siglo XIX. Orgulloso de sus raíces, transmite
 ese sentimiento a través de su arte.