Entre 1810 y 1860 no hubo un solo batallón argentino que no tuviera
presencia de soldados afrodescendientes, claves en las batallas
sanmartinianas
Por Omer Freixa – 19 de febrero de 2017
@OmerFreixa
(Foto: Mirta Toledo)
Arrancó 2017 y las efemérides de la historia sanmartiniana se
acumulan y dan (con motivo) de qué hablar y escribir. El Libertador las
proveyó: 17 de enero, Bicentenario del inicio del heroico cruce de los
Andes, 12 de febrero, batalla de Chacabuco, próximamente los doscientos
años de Maipú, y así se puede seguir.
Sin embargo, si prevalece la siempre justa reivindicación del prócer,
tal vez se pierde de vista la gesta de los de abajo, sus huestes, que
hicieron posible la gloria sanmartiniana, tan bien relatada por
Bartolomé Mitre en su insigne “Historia de San Martín” y de la
emancipación sudamericana. Es un libro canónico y una completa biografía
del “Padre de la Patria”, aunque deje de lado la revisión sobre hombres
y mujeres que hicieron posible el tan estudiado cruce de los Andes,
entre ellos los afrodescendientes, al centrarse en una figura de la
talla del prócer patrio.
Las exigencias al momento de escritura de la obra citada eran la de
aportar relatos enaltecedores para justificar la construcción de un
Estado-Nación, a la europea, blanco y borrando el registro de
determinadas alteridades. En general, es un rasgo de la historiografía
predominante que reconstruyó la vida del nacido en Yapeyú. Entonces, es
el momento propicio para rescatar el aporte de los individuos de origen
africano en este capítulo de la historia patria, como todo lo africano,
invisibilizado en nuestro país, considerándose orgullosamente casi el
más “blanco” de toda América del Sur.
Se relegó al afrodescendiente a la condición de desaparecido y las
pocas menciones de su accionar, por caso, en las guerras de
independencia, abonan la justificación de su desaparición, entre otros
motivos, por esta vía, por la extinción física en los campos de batalla,
sin casi resaltar su compromiso y heroísmo. Si bien es imposible hacer
notar la presencia en el pasado de todos los combatientes de origen
africano durante las luchas del siglo XIX (y menos homenajearlos por
tamaño sacrificio), en algunos casos se pudo documentar su presencia,
inclusive en el ejército sanmartiniano que cruzó los Andes, libertador
de Chile y Perú.
San Martín debió cruzar los pasos andinos que en su opinión eran la
preocupación que más le robaban sueño, más que el enemigo, siempre según
Mitre, en una de las proezas más grandes de la historia militar
mundial. El Ejército de los Andes contó con un aproximado de 5.000
efectivos, de los cuales entre el 40% y el 50% era afro, es decir unos
2.500 hombres. San Martín tuvo un trato muy cercano con varios de los
afrodescendientes de su tropa y expresó la simpatía por ellos. El médico
de confianza de San Martín era un negro de Lima y uno de entre sus
favoritos era un cocinero negro, con el que gustaba conversar mucho. En
una ocasión, el Libertador indicó que si los realistas eran los
vencedores, los negros serían esclavizados de nuevo, por lo que con más
tenacidad lucharon por la causa patriota. Por su parte, a un mes de
librada Chacabuco, San Martín exclamó “¡Pobres negros!”, en el espacio
en donde yacían enterrados buena parte de los combatientes del Batallón
N° 8, compuesto de libertos de Cuyo, en un gesto de reconocimiento y
homenaje. Se decía que el líder tuvo predilección por los negros
libertos entre los combatientes bajo su mando.
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Entre los guerreros sobre los que se tiene constancia de haber
integrado el Ejército de los Andes figuran el africano Batallón, el
capitán Andrés Ibáñez, ambos nacidos en África a fines del siglo XVIII, y
el sargento José Cipriano Campana. Entre las mujeres, se conoce la
historia de Josefa Tenorio. También se puede incluir al cabo segundo
Antonio Ruiz, más recordado como “Falucho” o “Negro Falucho”, aunque se
discute si este personaje no responde a una invención de la pluma del
historiador y ex presidente argentino Mitre.
Batallón, Ibáñez y Campana cruzaron los Andes junto al Libertador y
participaron en las batallas de Chacabuco, Cancha Rayada y Maipú.
Tenorio marchó en el ejército como esclava y, tras sus méritos, le fue
aceptada su solicitud de liberación, en noviembre de 1820. Por último,
tal vez es más conocida la historia del soldado apodado Falucho, que
formó parte del Batallón N° 8 y que, llegado al Perú, en 1824 defendió
la causa emancipadora a despecho de su vida, ya partido San Martín de la
conducción del ejército y en una situación muy delicada signada por la
inconformidad de las tropas atascadas en el país andino, desmoralizadas,
sin recibir paga, encadenándose una rebelión a la que Falucho se opuso
costándole la vida. Ruiz, según Mitre, fue fusilado por los alzados,
quienes lo tildaron de revolucionario y a quienes respondió: “Malo es
ser revolucionario, pero peor es ser traidor”.
El escritor Jorge Luis Borges reconoció el mérito a los
afrodescendientes: “Los negros de las guerras de la Independencia eran
mucho mejores soldados que los blancos”. Si bien estos no fueron
debidamente reconocidos, muchos sí adquirieron la libertad por haber
servido en la guerra. Fue el caso de las dos terceras partes de los
esclavos en Mendoza, en los preparativos al cruce de los Andes, pese a
la resistencia de los amos, conforme relató Mitre.
Entre 1810 y 1860 no hubo un solo batallón en el actual territorio
argentino que no tuviera presencia de soldados afro. En Buenos Aires
hubo al menos once afroargentinos con el grado de coronel o teniente
coronel, aunque se les negó el grado mayor de general, en la pauta del
racismo de la época. Dentro de lo poco que se conoce o cuenta, el
sargento Juan Bautista Cabral tiene un sitial en la historia argentina,
al haberle salvado la vida a San Martín en la batalla de San Lorenzo,
años antes del cruce andino. Lo que hay que remarcar es que su origen
era africano, cuestión que no siempre se reconoce, como así faltan
subrayar los aportes de los afrodescendientes a la historia argentina en
general, y no solo en el plano bélico. El cruce de los Andes fue un
capítulo invalorable de la participación de este colectivo en la
historia argentina. Gracias a la tropa sanmartiniana fue posible la
liberación de Chile y más tarde la del Perú.
Fuente: http://www.infobae.com/america/opinion/2017/02/19/san-martin-y-el-aporte-afro-a-la-emancipacion-argentina/
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