Nengumbi Celestin Sukama: “La ciudad también nos
pertenece”
Denuncian
agresiones a afrodescendientes e inmigrantes y rescatan negros de la
historia.
Tan
“visibles” pero casi siempre “invisibilizados”. Ésa es la paradoja en la cual
se encuentran las comunidades afrodescendientes y los inmigrantes africanos.
En Buenos Aires, donde las manifestaciones son cotidianas, es muy raro ver a
negros encabezando una marcha.
De
hecho, cuando se llevó a cabo la manifestación “Basta de racismo”, el 15 de
agosto pasado, Nengumbi Celestin Sukama, ciudadano argentino originario de la
República Democrática del Congo, se entusiasmó: “Es la primera manifestación de
tal magnitud en toda la historia argentina”. El hombre, fundador del Instituto
Argentino para la Igualdad, Diversidad e Integración (Iarpidi, http://
iarpidi.org/), fue uno de los portavoces que más hablaron por el micrófono durante
esta movilización. El lema principal era: “La ciudad nos pertenece a todos”.
“También a nosotros, afrodescendientes e inmigrantes africanos.”
La
centena de manifestantes reunidos para protestar contra el racismo caminaron
desde la Plaza Miserere –comúnmente llamada “Plaza Once”–, hasta el número
2600 de la avenida Rivadavia. De modo pacífico, se dirigieron hacia el
edificio donde, el 31 de julio pasado, una joven vendedora ambulante de origen
senegalés fue agredida por un hombre. “¡Vete! ¡No quiero ver negras vendiendo
frente a mi edificio!”, le gritó.
Aterrorizada
por la agresión verbal, la senegalesa, recién llegada, le pidió ayuda a su
hermana mayor, que lleva varios años en Buenos Aires y se encontraba en un
local cercano a los hechos. Las dos mujeres protestaron y el hombre volvió a
agredirlas. Una de las hermanas terminó con un cuello ortopédico colocado en
el hospital Argerich.
En la
marcha de agosto confluyeron las reivindicaciones de los inmigrantes
africanos con las de los afroargentinos, que reclaman el reconocimiento de la
ascendencia africana en el pueblo argentino.
En el
camino, los transeúntes y vecinos del barrio de Once se fueron sumando con una
espontaneidad conmovedora. “Más vale que marchemos con ellos”, dijo una vecina.
“Esa pobre mujer se gana la vida como puede, en lugar de salir a robar. ¡Hay
que defender a los vendedores ambulantes!”
Como
símbolo de la hermandad entre los inmigrantes procedentes de África y los
afroargentinos, la movilización concluyó al pie de la estatua de Bernardino
Rivadavia, ubicada en el centro de la Plaza Miserere. “El primer presidente de
la Argentina era afrodescendiente”, afirmaron los manifestantes. “Aunque los
libros de historia no lo mencionen.”
DZ/rg
Fuente: http://www.diarioz.com.ar/#/nota/nengumbi-celestin-sukama-la-ciudad-tambien-nos-pertenece-36304/
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